El diseñador Álvaro Abril explica en su web el significado de su proyecto basado en un diseño nazarí para los faldones de la Virgen de la Alhambra.
La Junta de Gobierno de la hermandad ha acordado elevar al cabildo que se celebrará después de Semana Santa la elaboración de los nuevos faldones en virtud del diseño de Abril. Finalmente la hermandad se ha decantado por este proyecto frente al de José Manuel Martínez por adecuarse más al diseño nazarí del paso actual.
A continuación reproducimos su explicación:
A fin de casar la pieza del canastillo ya existente con la nueva obra a acometer, el arte nazarí ha vuelto a ser el escogido en esta ocasión, señalándose así la personalidad estética de la Hermandad mediante las labores decorativas que tuvieron lugar en Granada a lo largo del siglo XIV.
Espacio Central
Queda dividido en paños organizados en torno a las cartelas centrales, que realmente son aproximaciones al nicho del Mihrab del mundo musulmán, de forma que se ha querido ejercer una simbología paralela entre el espacio sacro reservado del Islam, y el de nuestra fe católica, usando el arte como eje vertebrador de ambas culturas que rodean espacialmente el culto a Nuestra Señora de las Angustias.
Cartelas centrales
Proviene el diseño de estas de la interpretación de las celosías de madera en torno a las “cumarias” del Salón del Trono o de Embajadores del Palacio de Comares de la Alhambra. Se ha escogido en concreto esta estancia palatina y reservado en el centro del respiradero, repetido en dos ocasiones, una por cada lado más, en primer lugar por su datación histórica, que corresponde al año 1340-1349, siempre anterior al contenido artístico que exhibe el Palacio de los Leones. Se destinarán al cobijo de asuntos heráldicos en sus extremos y a cartelas en su parte central.
Paños divisorios
Figuran así con el objeto de estructurar el conjunto y cohesionar las capillas que figuran en los espacios centrales y combinan con las secundarias de sus lados. Los paños se basan en la decoración vegetal de la Sala de la Alcoba o de los Baños Reales, que precisamente por su carácter privado casa a la perfección con el empleo en este lugar, a fin de no destacar por encima de las partes sobredimensionadas (las capillas).
Capillas secundarias
El aspecto de alicatado de su fondo se basa en la decoración de las alcobas del Salón del Trono poniendo extremado celo en el respeto a la tonalidad original de estas; En esta ocasión, los arcos mixtilíneos que definen los espacios sirven de hilo conductor entre ambas zonas del respiradero, en tanto anuncian la evolución formal del arco nazarí tal y como después veremos en la crujía del Patio de los Leones, trabajo previo al arco de filigrana de lacería que terminará por imponerse. La pieza sobredimensionada a modo de basamentos son los ajimeces de la Sala de Dos Hermanas. Se destinarán al cobijo de figuras de santos.
Cornisón de timbre
Se ha buscado que este remate invertido, ofrezca airosidad al conjunto y proporcione además cierta sinuosidad, mediantes conjuntos pendientes u oscilantes y que salidos de los trabajos artesanos de joyería que expone el Museo de la Alhambra, basan su ornamento en el juego de mocárabes y terminados en la piña de los racimos de las armaduras mudéjares o en forma de lágrimas, estos manufacturados en cristales tallados y fundidos. Este cornisón en su interior ofrece decoraciones de alicatados realizados en el arte granadino de la taracea, en contraste con la cruz de la imagen, destacando el característico elemento de decoración del alicatado de las estancias de Lindaraja, el triángulo curvo en sus puntas, que se ha usado para otorgarle profundidad a la pieza y ofrecer una similitud cromática absoluta con el modelo original.
Faldones
En todo momento se ha buscado la complicidad de las piezas textiles de época musulmana con un discurso de recatolización de las artes nazaríes del momento, así como las alusiones concretas a la historia de la edificación palatina en cuyo recinto cristalizó la devoción a Nuestra Señora de las Angustias Coronada. Habría dos zonas evidentes en estos faldones; de un lado, la cenefa, que a su vez cobra varias divisiones. Y concentrando toda la atención decorativa, el espacio central que a modo de broches aporta la elegancia al contexto.
Espacio central
Bajo las premisas de los dibujos de tapicería de la dinastía de los nazaritas, se ha procurado un verismo histórico en esta pieza y cuyo patrón estético reside en el empleo del repertorio vegetal, estilizando las hojas. El juego de líneas se contrarresta por tanto. De la presunta verticalidad del respiradero, pasamos a la necesidad de ascensión de los elementos ornamentales de vegetación de los faldones.
Cenefa
Actúa en este lugar una sucesión de festones o contornos. Si hiciéramos la lectura de la cenefa desde arriba abajo, hemos creído necesaria la inclusión en letra cúfica del Stabat Mater, escogiendo para ello la versión, que de la obra original del siglo XIII del franciscano Jacopone da Todi, hizo el español Lope de Vega. Este punto de arranque de la decoración da paso a una cenefa o contorno basado en un guadamecí.
Maniguetas
Estas piezas de orfebrería pretenden el respeto y el recuerdo al pasado, rememorando las características cabezas de león extraídas de la fuente del mismo nombre, y que conectadas al moldurón de plata ya existente, recrean unas contundentes maniguetas, de líneas rectas a modo del varal usado para portar el paso, pero con decoraciones inspiradas de las yeserías nazaritas y ubicando dos pequeñas cartelas a ambas caras de cada una, donde habría relieves alusivos a los padres de la iglesia y a los grandes reformadores de esta, a modo de contraposición.