La derrota del Granada a orillas del Manzanares lo deja en una situación comprometida en la tabla clasificatoria. El Sporting, que ganó el sábado al Sevilla, ha acortado distancias y se ha colocado a cuatro puntos, los mismos de desventaja que tiene el Racing de Santander. En suma, el Granada tiene ahora cuatro puntos de margen sobre el descenso a Segunda y se ha convertido en la presa más a mano que tienen los equipos que quieren salir de abajo. No sólo por los puntos sino por la dinámica de derrotas que está empezando a sufrir (tres seguidas).
El próximo partido en Los Cármenes enfrentará al Granada contra el Sporting, un duelo decisivo en la pelea por la permanencia, de capital importancia para la tranquilidad del Granada y a vida o muerte para los gijoneses. Una victoria granadinista dejaría al Sporting a siete puntos y tambaleándose tras encajar golpe que sería casi definitivo. Sin embargo, una victoria del conjunto de Clemente apretaría las cosas muchísimo y metería al Granada en un lío muy gordo, en un barrizal de consecuencias que podrían ser dramáticas.
Aún perdiendo, el Granada acabará la próxima jornada por delante y fuera del descenso, pero después visitará el Camp Nou y recibirá en casa al Sevilla, dos jornadas en las que sumar puntos va a estar muy caro. Pero donde el Granada se jugará de verdad los cuartos serán en los dos siguientes partidos: dos salidas consecutivas a Santander y Mallorca, rivales directos que están luchando por evitar el naufragio. Considerando los partidos que suceden al del próximo sábado, resulta obligatorio ganar al Sporting para llenar la despensa de provisiones. Para muchos, frente al Sporting se jugará una final con todas las letras.
El Sporting no lo pondrá fácil en Los Cármenes. Ahora ya no es el equipo con fútbol, estilista y de buen juego que un día consiguió armar Manolo Preciado sino un bloque rocoso, peleón, motivado y agrio que sabe sacar partido de todas las situaciones que rodean los encuentros. Clemente, que se las sabe todas, ha dotado al Sporting de más solidez defensiva, agresividad y capacidad para presionar al rival. El Sporting y sus jugadores creen en la fórmula del vasco para salir del descenso y sus opciones pasan por ganar en Granada. Abel propondrá un partido rodado, que fluya el juego y lleguen las ocasiones; Clemente buscará un partido trabado, sin ritmo, con un arsenal de tretas y artimañas para llevarse el encuentro ‘a la remanguillé’… arte que domina como pocos. El choque será una prueba para medir el oficio del Granada. La amenaza se llama Javier Clemente.