Más datos sobre el avión accidentado en septiembre en Arenas del Rey

El accidente de un avión del Infoca que se registró el pasado 2 de septiembre en el término municipal de Arenas del Rey (Granada) se produjo al impactar la aeronave con los cables de una línea eléctrica que el piloto no vio al estar dirigida su atención a las llamas que tenía que sofocar, muy próximas al lugar del siniestro.

Así consta en el informe técnico elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) del Ministerio de Fomento, en el que se recoge que el avión siniestrado, un Air Tractor AT-802, partió de la base de la Resinera en Granada para actuar en las labores de extinción de un incendio que se había declarado 8 kilómetros más al norte, junto al pantano Los Bermejales, en Arenas del Rey.

Cuando realizaba una pasada por encima de la zona del incendio, se enganchó contra unos cables del tendido eléctrico de alta tensión del ramal de la línea conocida como Bermejales-Cortijo Vaquería y Aguas Loma. Este tendido estaba compuesto por tres cables, uno de los cuales se había desprendido previamente y había originado el incendio, según los miembros de una dotación que participó en su extinción.

El piloto, de 48 años y con 6.700 horas en vuelo, hizo un reconocimiento del terreno al llegar a la zona por si había tendido eléctrico, pero no vio ninguno. Según ha relatado a la Comisión, realizó la descarga dirigiendo su atención al incendio e inmediatamente después de hacerla golpeó contra los cables, que se rompieron y quedaron enganchados en la hélice y en la parte derecha del estabilizador horizontal.

Después del contacto viró a la derecha y evitó colisionar contra una edificación cercana, pero el avión no respondió a sus acciones sobre el mando de profundidad, con lo que perdió el control impactando finalmente contra el suelo, se señala en el informe.

El hombre, que resultó herido con traumatismo cervical y fractura de clavícula, tenía habilitación de tipo para el avión que pilotaba, tanto terrestre como anfibio, y también como instructor de vuelo, para trabajo agroforestal y como examinador para ese tipo de aeronaves. También el Air Tractor, fabricado en 2008, tenía el certificado de aeronavegabilidad en vigor y había pasado con regularidad todas las revisiones de mantenimiento.

Según las conclusiones del CIAIAC, el accidente no se produjo por la “falta de experiencia” del piloto, que conocía la zona por haber volado en ella con anterioridad y había hecho un vuelo de reconocimiento antes de realizar la descarga. Según indica en su informe final, “todo parece apuntar” a que en este accidente “el piloto estuvo demasiado concentrado en el objetivo y menos en el entorno”. De hecho, en el vuelo de reconocimiento se centró más en localizar el incendio y luego, cuando hizo la descarga, se fijó “solamente” en las llamas, y “eso le impidió ver la línea eléctrica que tenía delante”.

Así, una vez que se enganchó con los cables “no tuvo ninguna posibilidad de controlar el avión, ya que por un lado quedó dañado y limitado en su funcionamiento el conjunto de la hélice y, por otro, se produjo la pérdida de mando en el timón de profundidad”.

El accidente se produjo “como consecuencia del choque de la aeronave con los cables del tendido eléctrico” que se encontraba cercano al incendio, y cuya presencia no había sido previamente advertida por el piloto probablemente “porque la cercanía de los cables al foco haría desviar” su atención hacia las llamas, “impidiéndole fijar otros detalles del entorno”.

REDACCIÓN / AGENCIAS

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