El juzgado acude a Cuevas del campo para embargar dos viviendas y se encuentran sólo los solares porque el dueño las derribó hace meses.
El funcionario del cuerpo auxiliar, la procuradora del Banco de Santander, un policía local y varios guardias civiles se personaran en el numero 156 de la calle Real, con el objetivo de practicar la diligencia judicial de alzamiento y posesión de una vivienda que, según consta en el registro de la propiedad de Baza, es una casa cueva de 49 metros cuadrados con dos habitaciones, una sobre la otra y una habitación cueva al fondo, valorada en 40.000 euros.
Al llegar al lugar señalado, la comitiva comprobó la dirección, pero la vivienda numero 156 no estaba donde debía de estar. Tras comprobar la numeración de las viviendas próximas a uno y otro lado de la calle, no encontraron la vivienda cueva que el Banco de Santander se había adjudicado en subasta, como pago de una deuda de 18.165 euros. En el número 156 sólo había un solar y ni resto de vivienda, ni siquiera los escombros de la misma.
El dueño, Marcelo L. M., la había derribado, según cuenta su hijo. Fue hace unos cinco o seis meses, porque estaba en malas condiciones y el tejado se había caído, así que para evitar cualquier desgracia, decidieron tirarla abajo y retirar los escombros, de manera que ahora solo queda un solar.
La Comisión Judicial preguntó al Policía Local, Antonio M.M., y confirmó que la casa cueva había sido derribada sin saber precisar la fecha. Finalmente la representante legal del Banco de Santander aceptó tomar posesión del solar donde estaba la vivienda cueva.
Después de tan insólito hecho, la Comisión Judicial acudió a tomar posesión del 33,33% de una segunda casa cueva, ubicada en el numero 42 de la misma calle Real de Cuevas del Campo, una finca valorada en 60.000 euros, compuesta por varias habitaciones corrales y placeta. Y se volvieron a encontrar en solar vacío, sin resto de casa cueva, ni nada que se le pareciera.
Ahora, el Banco de Santander pude ejercer acciones penales contra su deudor y dueño de las casas cuevas derribadas, lo que supone que tendría que recabar del Ayuntamiento, si existe algún documento advirtiendo del mal estado de las dos casas cueva, orden de derribo o si el dueño decidió derribarlas para que no cayeran en manos del banco.