Decenas de estudiantes de la Universidad de Granada celebran este viernes una nueva jornada de protestas contra el llamado ‘tasazo’ aprobado por el Gobierno, que incluye restricciones en la concesión de becas; aumento de tasas universitarias y reducción del profesorado en todos los ámbitos educativos. Después de una noche de encierro de alumnos universitarios en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, algunos grupos han decidido no acudir a clase y otros están celebrando las clases en plena calle, como es el caso del grupo de la Facultad de Derecho que aparece en la fotografía.
Las protestas universitarias cuentan con el apoyo explícito de algunos profesores. Los rectores andaluces también han expresado al ministro de Educación su rechazo a sus medidas de recorte. Las organizaciones estudiantiles han convocado una ‘jornada estatal de lucha’ para el próximo 10 de mayo. El movimiento 15M ya ha anunciado que apoyo a esta causa.
Los estudiantes, reunidos en distintos talleres y asambleas durante el transcurso del encierro en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, han aprobado un decálogo de propuestas y movilizaciones para manifestar ‘alto y claro (según aseguran en un comunicado) que los recortes en educación y sanidad no son consecuencia de la crisis económica sino causa del sistema capitalista’.
El comunicado dice así: ‘Mientras el Estado financia, con una cantidad abismal de dinero público (128.000 millones de euros) a la Banca privada, se reduce en 3.000 millones el presupuesto destinado al mantenimiento de un servicio público básico como es la educación. Un recorte de esta magnitud supone una merma en las posibilidades de acceso al sistema educativo superior de miles de universitarios españoles.
La eliminación de titulaciones, la masificación de las aulas, el recorte en becas y ayudas al estudio y los recortes en investigación dejan patente que la entrada de criterios mercantiles en la Universidad es ya un hecho, y esto es algo que no se puede consentir. La educación es un servicio y un derecho del ciudadano y, como tal, debe mantenerse en cualquier Estado de bienestar que se precie. Por otro lado, en el contexto económico doméstico, muy pocas familias pueden permitirse el lujo de pagar unas tasas universitarias más elevadas. Así pues, la asamblea de estudiantes propone una congelación de tasas acorde con las dificultades económicas provocadas por salarios anclados en una época pasada y que no se ajustan a los cánones vigentes en otros países europeos. Se denuncia también la exigencia del 100% de la matriculación a los estudiantes extracomunitarios, utilizando de este modo a los inmigrantes como chivos expiatorios del sistema’.