El socialista José Antonio Griñán ha sido elegido hoy presidente de la Junta de Andalucía gracias a un pacto inédito entre el PSOE e IU, con el que formará gobierno y que, de finalizar la legislatura, lo convertirá, tras siete años, en el segundo jefe del Ejecutivo autonómico más “longevo” tras Manuel Chaves.
A punto de cumplir 66 años, Griñán, nacido en Madrid pero con toda una vida en Andalucía, será el presidente del tercer gobierno de coalición de la historia andaluza, tras los que protagonizaron entre 1996 y 2004 los socialistas y el PA, liderados por Manuel Chaves, quien estuvo en el poder durante 19 años consecutivos.
Griñán accedió por primera vez a la Presidencia del Gobierno andaluz en 2009 sucediendo en el cargo a Manuel Chaves, quien se marchó al Ejecutivo central reclamado por el entonces jefe del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero para ocupar la Vicepresidencia Tercero y el Ministerio de Política Territorial.
La marcha a Madrid de Manuel Chaves no supuso la renuncia de éste a la secretaría general del PSOE andaluz, lo que generó una sensación de bicefalia incómoda para un Griñán que necesitaba conseguir también mandar en el partido y no sentirse tutelado por el líder histórico de los socialistas andaluces.
La aspiración de Griñán a ser secretario general del PSOE andaluz causó roces personales con Manuel Chaves -que algunos creen incluso que se han vuelto irreversibles- y culminó con la renuncia del entonces vicepresidente tercero del Gobierno a ese cargo orgánico para dejar el partido en manos de la persona que le sucedió en la Junta.
Desde entonces, el hoy investido presidente andaluz generó recelos en la “vieja guardia” que tuvieron su punto culminante en la dimisión del consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro, uno de los dirigentes más cercanos a Manuel Chaves.
Los problemas de José Antonio Griñán durante los tres años que ha estado al frente de la Junta no se circunscribieron al partido, sino que también afectaron a su propio Gobierno, al que le estalló el caso de los ERE irregulares financiados con fondos públicos, un asunto que aún se encuentra en los tribunales y que ha llevado al exconsejero de Empleo Antonio Fernández a prisión provisional.
Las sucesivas derrotas del PSOE-A por primera vez en las elecciones municipales en 2011 y siete meses después también en las generales -ambas frente al PP de Javier Arenas-, ofrecían un panorama oscuro para un Griñán “desgastado” por los escándalos y por los malos presagios que le otorgaban las encuestas para las elecciones andaluzas de pasado 25 de marzo.
Los comicios andaluces dieron la victoria al PP, aunque no obtuvo la mayoría absoluta que le vaticinaban todas las encuestas, lo que ha permitido al PSOE fraguar un acuerdo de gobierno con IU, formación que pasó de seis a doce diputados y con la que gobernará durante esta legislatura.
Nacido en Madrid en 1946, Griñán es licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla e inspector técnico de Trabajo y Seguridad Social desde 1970.
Casado y padre de tres hijos, es autor de diversos estudios sobre empleo y Seguridad Social, y está en posesión de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III.
Ha sido vicepresidente segundo de la Junta y responsable económico desde abril de 2008 hasta abril de 2009, y durante la VII legislatura (2004-2008) estuvo al frente de la Consejería de Economía y Hacienda, aunque anteriormente fue viceconsejero de Trabajo (1982-1986), viceconsejero de Salud (1986-1987) y consejero de Salud (1990-1991).
Formó parte también de varios gobiernos de Felipe González, como ministro de Sanidad y Consumo (1992-1993) y de Trabajo y Seguridad Social (1993-1996).
José Antonio Griñán fue diputado en las Cortes desde 1993 hasta 2004 y portavoz del Grupo Socialista en la Comisión para la Renovación del Pacto de Toledo sobre el sistema de pensiones y de la Comisión de Política Social y Empleo.