El martes día 01 de mayo llegaron a Granada las reliquias de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español, siendo recibidas en el arco de triunfo de la Abadía del Sacro Monte por el Cabildo Colegial al que acompañaba la Junta de Gobierno de la Hermandad del Santísimo Cristo del Consuelo, así como por numeroso público que en todo momento manifestó el honor y la alegría que supone recibir a tan distinguido huésped como es el “Santo Maestro Ávila”.
El precioso relicario, obra de los artistas cordobeses Don Antonio Bernal (escultor) y Don Manuel Valera (orfebre) fue entronizado en la Iglesia de la Abadía a hombros de cofrades del Cristo del Consuelo y María Santísima del Sacromonte, mientras la solemne comitiva entonaba las Letanías de los Santos según el rito hispano-mozárabe.
De modo extraordinario el Cabildo Colegial autorizó que se expusieran los relicarios de San Cecilio, Patrón de Granada y su Diócesis, y San Hiscio junto a San Juan de Ávila. Como cada 01 de febrero se abrieron los vanos y rejería del retablo mayor a fin de mostrar las láminas sepulcrales hallas en las cuevas del Monte Santo. La Cofradía de los Gitanos colaboró con sus enseres en la realización de un altar efímero en el presbiterio del templo abacial que fue muy elogiado.
Se constituyó así una comunidad orante -Cabildo, Cofradía, Antiguos Alumnos y Pueblo Santo de Dios- bajo la protección de las reliquias de los Santos, San Juan de Ávila, San Cecilio, San Hiscio, que presidieron, y en unión a los demás Santos Varones Apostólicos, para la Exposición Mayor, adoración del Santísimo Sacramento y canto de las Solemnes Vísperas.
Finalizaron las celebraciones del día con un entrañable ágape fraterno en el claustro de la Abadía; testigo a lo largo de su dilatada historia del devenir de esta cuatro veces centenaria institución de la Iglesia granadina. Desde San Cecilio hasta los Santos Obispos Mártires del Siglo XX, de tan ilustre recinto han salido grandes hombres de Dios como Don José Gras, Don Andrés Manjón o tantos otros.
El miércoles, día dos de mayo, tras la celebración de una Solemne Eucaristía de despedida, las Reliquias de San Juan de Ávila abandonaban la Abadía del Sacro Monte mientras las campanas derramaban no sin cierta nostalgia sus graves sonidos por el valle del Valparaíso. San Juan de Ávila ponía rumbo a la parroquia que lleva su nombre en La Chana, donde permanecerán hasta el sábado día cinco.
(Información y fotos remitidas por David Cuerva)