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La Fiscalía no se opondrá a la práctica de nuevas diligencias por parte del juzgado instructor en el presunto caso de un bebé robado que fue denunciado por Eduardo Raya, el primer padre que llevó a los tribunales la supuesta sustracción de su hija, nacida en el Hospital Clínico de Granada en 1990.
Fuentes del Ministerio Público han informado a Efe de que la acusación pública, que en su día ya interesó el archivo de esta causa, no se opondrá a su reapertura si finalmente la titular de Juzgado de Instrucción 2 de Granada decide practicar las diligencias que considere “convenientes”.
Raya mantiene que le cambiaron a su hija por un bebé moribundo tras su nacimiento en el Hospital Clínico de Granada, aunque las pruebas de ADN realizadas en los restos encontrados no fueron determinantes para el Juzgado que decidió archivar el caso.
El padre ha presentado nuevos estudios clínicos elaborados por un laboratorio que demostrarían a su juicio que las pruebas iniciales estaban falseadas, lo que podría permitir la reapertura del caso.
Este caso se inició hace ya varios años cuando el padre del bebé pidió la exhumación del cadáver, enterrado en el cementerio granadino de San José.
Según Raya, que el pasado 20 de abril mantuvo un encuentro con el fiscal superior andaluz, Jesús García Calderón, que por su parte se comprometió a atender quejas de afectados por causas de niños robados, su caso habría sido archivado por una prueba falsa aportada por un hospital, lo que le hace desconfiar del Instituto Nacional de Toxicología.
Una vez que la Fiscalía ha decidido no oponerse a la reapertura del caso deberá ser la titular del Juzgado de Instrucción 2 la que finalmente acuerde, o no, la continuación de la investigación.
Si la juez accede a la pretensiones del progenitor podría producirse, teniendo en cuenta su denuncia, la declaración como imputados de unas quince personas, entre personal médico y del Instituto de Toxicología, y de cerca de una quincena de testigos.