Un grupo de miembros de la Asociación de Parados del barrio granadino de Caserío de Montijo ha iniciado esta tarde un encierro y una huelga de hambre en la Curia de Granada, sede del Arzobispado, para reclamar una solución para su situación y la de sus familias, desempleadas desde hace meses.
Así lo ha explicado Santiago Cortés, portavoz de este colectivo quien ha comenzado junto a otros a dos vecinos esta protesta, que tiene lugar en unas dependencias próximas a la catedral de Granada.
Los encerrados pretenden de esta manera llamar la atención sobre la emergencia de la situación que padecen y que la Iglesia medie con políticos y administraciones para tratar de articular alguna solución.
“Estamos en una situación muy precaria, ya casi nos faltan alimentos básicos para nosotros y nuestros hijos. Que se sepa que en el ‘primer mundo’ también se pasa hambre”, ha advertido Cortés, quien justifica el encierro y el inicio de la huelga de hambre como una “medida de presión” y como cauce para favorecer una “interlocución” con quienes puedan ayudarles.
Según Cortés, tras mantener un breve encuentro con algunos representes de la curia, estos han mostrado buena predisposición hacia sus reivindicaciones y les han permitido, de momento, permanecer en sus instalaciones.