Los proveedores del proyecto ‘Magrec’ de la Diputación en el norte de Marruecos, que han denunciado a la diputada de Desarrollo y al interventor por impago doloso de sus facturas pendientes, han asegurado a Radio Granada que la diputada en cuestión, María Melinda Sádaba, les mintió reiteradamente sobre la tramitación de sus facturas.
La diputada les aseguró que no podía pagarle sus trabajos porque el caso estaba siendo investigado por la Fiscalía. En realidad, lo que envió la Diputación a la Fiscalía y ya investiga un juzgado es la supuesta existencia de dobles facturas en otros proyecto en el norte de Marruecos, la famosa Feria de Tetuán, pero no la intervención del proyecto ‘Magrec’, que incluía actuaciones en la torre de la Kasbah de Chaouen y la organización de una exposición en este espacio.
La denuncia acusa a la diputada y al interventor de prevaricación y desobediencia al no incluir el pago de las facturas de los querellantes en el Plan de Pago a Proveedores no por cuestiones técnicas ni judiciales sino, dicen los proveedores, por un simple deseo de enfrentamiento con el anterior equipo de gobierno de la Diputación.
[mp3j track=”Escucha las declaraciones de uno de los demandantes Roberto Turégano@wp-content/uploads/2012/05/roberto-turegano.mp3″]
Pero la cosa no queda ahí. Los proveedores dicen que el atropello es doble porque no solo se les niega el pago sino que la diputada ha menospreciado y hasta ha ridiculizado su trabajo, algo que, dicen, no van a consentir. Se trata de empresas y profesionales de gran prestigio que no están dispuestas a que ningún político les desacredite por intentar perjudicar al gestor anterior.
Uno de los proveedores ha declarado a Radio Granada: ‘Es una pena que tengamos que aguantar esta incompetencia del sector público que flaco favor hace a los empresarios que aún trabajamos en España’.
Otro de los proveedores denunciantes ha asegurado: Las declaraciones de la diputada denotan el desconocimiento acerca del sector empresarial y cultural. Que se valore exclusivamente el material y no el diseño, el contenido (con cientos de horas de investigación y documentación), el transporte, la puesta en marcha en un país distinto al de la producción, etc, es lamentable’.
(En la foto, trabajos realizados en Marruecos y no pagados)