Condes de Gabia acoge esta tarde el estreno de ‘Colours’, biografía de José Guerrero

El Palacio de los Condes de Gabia, sede del área de Cultura de la Diputación Provincial de Granada, acoge esta tarde a las 20.00 horas el estreno en Granada del documental ‘Colours’, una biografía del pintor José Guerrero. Dirigido por Manuel Navarro (que ya había ensayado el documental sobre artistas con nombres tan importantes como Julio Romero de Torres y Pablo Ruiz Picasso) y producido por La Nave de Tharsis en colaboración con Canal Sur Televisión, el trabajo cuenta con el asesoramiento técnico del Centro José Guerrero.

La película se ha exhibido previamente en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla, dentro de la sección Panorama Andaluz, con una muy buena acogida del público.

Gestado a lo largo de 2010 y 2011, y rodada en muchos de los lugares vinculados a la vida del pintor (Granada, Madrid, París, Nueva York, Cuenca o Nerja), el documental presenta un exhaustivo recorrido por la trayectoria humana de Guerrero a partir de sus propios testimonios históricos, material de archivo y la visión de cuantos lo conocieron. Antonio Muñoz Molina, Justo Navarro, Teresa Guillén, Juan Manuel Bonet, María Corral, Eduardo Quesada Dorador, Juan Vida, Miguel Rodríguez-Acosta, Francisco Baena, Yolanda Romero, Tony y Lisa Guerrero, entre otros, contribuyen a crear un retrato personal y profesional de uno de los artistas más influyentes e internacionales del arte contemporáneo español, cuya obra y testimonio se conservan en el Centro José Guerrero de la Diputación de Granada. A la presentación está previsto que acuda el realizador, Manuel Navarro, y Tony Guerrero en representación de la familia.

Las trazas principales de la vida de José Guerrero son conocidas. Él mismo se entregó, en cuantas ocasiones se le solicitaba, a elaborar sus recuerdos, a trenzar anécdotas con ricas y variadas impresiones, personas y paisajes. Y luego han sido muchos los que a su vez han contado esas experiencias hasta cristalizar en una suerte de leyenda o novela ejemplar. O sea, que una vez quedó establecida, fijada la estructura del relato, comenzó éste a circular y, en la circulación, por el uso, a matizar sus perfiles hasta dar en una forma pulida y estándar fácil de repetirse.

Hay una razón para todo esto, y es que el proceso de aprendizaje de Guerrero tiene todas las trazas de una novela de formación, y esa cualidad narrativa no solo magnetizó a los escritores, sino también a los historiadores y a la sociedad en general. Eso explica que sea el armazón de su biografía el que siempre determina los escritos consagrados a su obra.

De este estado de cosas pueden hacerse muchas lecturas. Hay que destacar la total imbricación de la vida del artista en su arte y viceversa. Pintar era como respirar para Guerrero. Y por ello respirar, mirar, y vivir era para él hacer cuadros. No hay en él obediencia a un plan trazado intelectualmente, sometimiento a algo postizo, exterior, dogmático. Por el contrario lo que hay es inmediatez. Simplemente, tenía una naturaleza pictórica. Y no hacía sino cumplir con ella. Pero esa pureza era algo tan alejado del pensamiento estético dominante en el tiempo histórico que le tocó vivir que se imponía la necesidad de justificarla, y a falta de un discurso programático que dirigiera o colonizara su trabajo, lo que hizo fue sacar de su misma vida los hilos con los que tejer el lienzo donde habitaban sus colores. Por eso cuando se repasa su obra se hace desde la estructura biográfica. Y por eso, cuando José Guerrero repasaba su vida, pensaba en términos plásticos, los de sus preocupaciones pictóricas.

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