La Sala Pintor Barba del Edificio Alambique de Pinos Puente acoge a partir de mañana por la tarde, y durante todo el fin de semana, la obra de Natalia Ruiz Peralta, una joven estudiante de Bellas Artes de la localidad, que a través del pirograbado y la aerografía llama la atención sobre las acciones no beneficiosas cometidas por las personas en el planeta y como la naturaleza nos devuelve, de alguna manera, el daño que cometemos sobre ella.
El pirograbado y la aerografía son dos técnicas prehistóricas con las que esta joven artista ha decidido experimentar creando un universo propio en el que a través de la simbología de los animales representa los cuatro elementos de la naturaleza.
Sus cuadros e instalaciones, con una gran fuerza visual y simbólica, ayudan a Natalia Ruiz a trasladar al espectador a “otros lugares”, un juego en el que se mezclan los actos humanos con las fuerzas de la naturaleza adentrándonos en un planeta en el que se experimenta un choque forzoso entre la mano del hombre y la acción de las fuerzas naturales.
“Pensé que al ser mi último año en la facultad, era un buen momento para probar algo diferente. Así que he intentado buscar un lenguaje artístico propio para contar un poco la idea que tengo sobre los cuatro elementos de la Naturaleza “, explica Ruiz.
El pirograbado es una técnica que nace en la prehistoria con el descubrimiento del fuego y que progresivamente fue evolucionando hasta llegar a nuestros días, pudiendo hacer incisiones en la madera con un pirograbador (aparato eléctrico). Por su parte la aerografía también nació en la prehistoria hace unos 35.000 años en las paredes de las cuevas de Lacaux. Las personas de aquella época soplaban pigmentos naturales a través de un primitivo difusor bucal construido probablemente de huesos. Al igual que el pirograbado fue evolucionando hasta llegar al actual aerógrafo.