Una empresa de Granada cuenta con una hectárea de terreno situada a diez minutos del centro de la ciudad que ha convertido en huertos urbanos y que alquila a clientes de todas las edades para el autoconsumo y como instrumento saludable de entretenimiento.
Se trata de la empresa Deocio Granada, que ha transformado esos terrenos, ubicados en el barrio de Fígares, en el paraje de la Acequia Gorda, en una oferta de huertos urbanos con una alta demanda.
El responsable de la empresa y propietario del terreno, Bernardo Sánchez, ha dividido su finca en huertos de veinticinco, cincuenta y cien metros cuadrados que alquila por meses a los interesados en cultivar su perfil de agricultor sin distanciarse de las comodidades de la ciudad.
“Tenemos cada vez más clientes jóvenes, personas que nunca han tenido contacto directo con la tierra y que disfrutan dedicando su tiempo al campo, a cultivar y poder recoger después sus hortalizas o frutas”, ha explicado a Efe Bernardo Sánchez.
El precio para disfrutar de estos huertos urbanos oscila entre los veinte euros mensuales de una parcela pequeña y los cincuenta de los huertos de cien metros cuadrados, e incluye además el asesoramiento y el cuidado del responsable del proyecto.
“Estamos en una zona tradicionalmente agrícola en la que se sigue regando a manta, como se ha hecho desde el siglo XII, y yo me encargo del riego, de ayudar a los que no tienen experiencia y de recomendar qué plantar y cómo hacerlo en cada momento”, ha detallado el responsable del proyecto.
Los usuarios de esta iniciativa obtienen experiencia, una forma saludable de entretenimiento y, además, productos frescos para el autoconsumo.
“Lo primero que hacemos es saber cuánto tiempo pueden dedicar al cuidado del huerto, para decidir su tamaño, y les ayudo con consejos a su mantenimiento, recomendando los días para limpiar la zona, plantar, regar o mejorar las plantaciones”, ha detallado Sánchez.
Aunque en verano baja la demanda de huertos porque sus cuidadores se marchan de vacaciones, la oferta ha tenido una buena acogida por los usuarios, que disfrutan además de la experiencia de otros agricultores durante seis horas diarias, tres por la mañana y las otras tres por la tarde.
“Muchos dedican su huerto a la agricultura ecológica y ahora están recogiendo sus tomates, pimientos, patatas, calabacines, judías, melones y sandías, lo necesario para un buen gazpacho, un pisto y el postre con el sabor de siempre”, ha concluido el responsable de esta iniciativa.