El arzobispo de Granada, Javier Martínez, considera que la sociedad actual “está condenada a muerte” porque “sólo sabemos comprar”, y opina que el triunfo de “la roja” en la Eurocopa es “un alivio humano momentáneo a la insatisfacción y frustración constante en la que vivimos inmersos”.
Monseñor Martínez participó anoche en la inauguración del II Seminario Internacional sobre la situación de la Iglesia en el mundo que organiza la Universidad Abad Oliba-CEU con una ponencia titulada “¿Crisis económica o crisis teológica?”, en la que analizó los fundamentos morales de la actual crisis económica.
Acompañado por el director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Xavier Puigdollers, el rector de la UAO-CEU, Carlos Pérez del Valle, y el coordinador del seminario, Josep Miró Ardèvol, el arzobispo se definió como “un pastor de la diócesis de Granada” que, a causa de las situaciones de riesgo social con las que convive, ha reflexionado sobre las causas de la crisis económica actual.
“Nuestra sociedad vive inmersa en una fragmentación que impregna todos los ámbitos: cultural, político, social y, por ende, el económico; y donde hemos delegado casi todo, donde todo lo hacen expertos”, dijo el arzobispo, según ha informado hoy la universidad católica en un comunicado.
“Esto nos ha llevado, irremediablemente, a la irresponsabilidad del ser humano, y el hombre que no es responsable no sirve para nada”, reflexionó el prelado.
Según el arzobispo de Granada, “nuestra sociedad lleva sacrificándose toda la vida en beneficio de la economía y, esta actitud provoca que nuestra sociedad esté condenada a muerte, sólo sabemos comprar”.
También hizo referencia a otro concepto que, según su criterio, no nos permite poder hacer un juicio claro sobre la crisis y es “el dualismo en el que está sumida nuestra sociedad”. Este dualismo, aclaró, “nos conduce a la domesticación de la Iglesia en beneficio de las alternancias ideológicas del poder, fundamentada por la pérdida del cuerpo de la Iglesia”.
En referencia al hombre contemporáneo, monseñor Javier Martínez advirtió: “Vivimos en una lucha constante contra el mundo y eso hace que no exista una verdadera sociedad. Que gane ‘la roja’, permite mantener un alivio humano y momentáneo a la insatisfacción y frustración constante en la que vivimos inmersos”.
El arzobispo de Granada cerró su intervención con un alegato sobre su condición política y, para acallar a aquellas voces que quieren determinar su ideología, declaró: “Amo la libertad infinitamente más que los liberales; amo el espesor de la sociedad y lamento que nuestra sociedad sea plana; amo mi comunidad más que los comunistas, ergo, soy cristiano”.