Miembros del grupo “Stop Desahucios” del Movimiento 15M se han concentrado hoy en Peligros ante la vivienda de un matrimonio con un hijo menor de edad para impedir el desalojo decretado para hoy por orden judicial, que finalmente no se ha llevado a cabo.
La concentración, que se inició a las 12.30 horas y ha concluido una hora y media después, ha sido secundada por medio centenar de personas entre miembros del colectivo y vecinos del municipio en apoyo a este matrimonio, que tiene un hijo de 13 años.
El matrimonio, Ana y Rubén, decidió en 2007 comprar una vivienda en Peligros, el pueblo de ambos, y poner a la venta la que tenían en la localidad de Chauchina, por la que pagaban más.
Al no poder vender la vivienda de Chauchina el banco Santander se la adjudicó, al igual que hizo con la de Peligros cuando el matrimonio se quedó en paro.
Según el movimiento Stop Desahucios, que ha mediado en el caso, la entidad financiera se niega desde entonces a negociar una condonación de la deuda derivada de estas dos viviendas, cuyos avalistas son los padres de Ana y Rubén.
El banco, según el colectivo, ha amenazado con quedarse además con las viviendas de los padres de la pareja que poseen en la zona Norte y en el barrio de la Chana de Granada.
El grupo de Stop Desahucios ha presentado cuatro propuestas a la entidad para hacer frente a la deuda sin tener que abandonar su casa y respetando a los avalistas, pero el banco se ha negado alegando que las viviendas son propiedad suya y que al tener avalistas cobrarían la deuda con los bienes de los padres.
Durante la concentración, que se ha disuelto sobre las 14.00 horas toda vez que no se ejecutaba la orden de desahucio en lo que el movimiento atribuye a su acción de protesta, el matrimonio ha dicho a los periodistas que no “consentirán” que el banco deje “a tres familias en la calle”, en alusión a ellos y a sus padres.
La pareja critica que el banco no les facilite la negociación al haberse negado, dicen, a las cuatro propuestas planteadas, como la dación en pago o un alquiler que se ajuste al sueldo de la familia, que vive de los mil euros que cobra él -su mujer está en paro-.
Una vez paralizado el desahucio, la familia tratará ahora de retomar las negociaciones con el banco con la ayuda del movimiento ciudadano.