El Festival Parapanda Folk de Íllora, que este año cumple veintidós ediciones, se clausuró anoche con la actuación de los grupos vascos OrekaTK y Xarnege, que ofrecieron dos modelos musicales distintos.
Unas 10.000 personas han participado en la XXII edición del Parapanda Folk durante los cuatro días en los que la localidad ilurconense ha combinado conciertos con exposiciones y talleres, ha informado la organización en un comunicado.
En la última cita sobre el escenario, el quinteto Xarnege fue el encargado de abrir la noche sorprendiendo a más de un curioso con una música y unos instrumentos inusuales -como el besson, mitad salterio y mitad contrabajo- tocados por sus propios ‘luttiers’ artesanos.
Tras más de una hora de melodías y canciones tradicionales situadas a ambos lados de los Pirineos demostraron que las fronteras no separan y las culturas son compatibles entre sí.
Valses, fandangos, branles o mutchikoak fueron la nota destacada de su actuación con predominancia solista de la zanfona, un ejemplar de diseño tocado con toda clase de efectos de guitarra de rock.
La pareja central, compuesta por Simon Guillaumin y la instrumentalista Lucía Longué, a la vista, llevaron todo el peso visual de la cita con sus duetos instrumentales, vocales y “animosas” persecuciones por el escenario.
Harkaitz Martínez y Mikel Ugrat, que han tenido el valor de cruzarse el mundo con piedras y palos, hicieron una interacción en tiempo real con sus proyecciones de viajes a través de Laponia, India, Marruecos o Mongolia, compartiendo sus txalapartas de hielo o de cualquier material del lugar.
La pareja consiguió una compenetración, cuya sincronía y entendimiento sobre las tablas fueron “todo un espectáculo” y ofrecieron un cierre distinto para un festival que ya es “una excepción”.
El Parapanda Folk está organizado por el Ayuntamiento de Íllora con la colaboración de la Junta de Andalucía y el Área de Cultura de la Diputación provincial.