Debido a la crisis, en el litoral granadino las reservas en la mayoría de los hoteles cae por debajo del 50%. Este dato influye directamente en el consumo en bares y restaurantes. Tras el primer fin de semana del octavo mes del año, los hosteleros confían en que la situación mejore.
Hemos visitado el municipio de Castell de Ferro para tantear la situación. El propietario de uno de los cinco chiringuitos que hay en la playa asegura que julio ha sido desastroso.
Aún así la clientela ha repuntado respecto al año pasado. Ismael advierte de que se ha adelantado a la subida del IVA, elevando los precios. Por eso piensa que no le va a hacer tanto daño.
Por su parte, en la terraza ‘La Chancla’ en pleno paseo marítimo de Castell, la pesadumbre se comparte. La falta de clientes ha provocado que el negocio solo abriese los fines de semana durante julio.
Son tiempos difíciles para el bolsillo, y en ese contexto el menú es la opción estrella para el comensal.
Llegado el mes de agosto los hosteleros esperan que al menos, los primeros veinte días compensen el déficit de julio. La afluencia del turismo local y, por ende, nacional será la clave.
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