A las 4 de la madrugada las puertas de la Colegiata de San Isidro se abrieron para que lo pasos que allí se encontraban salieran rumbo al Paseo de Recoletos. El último de ellos, el de Jesús Despojado de Granada. El silencio y la solemnidad con que recorrió las calles recordó al blanco cortejo de nazarenos que cada Domingo de Ramos acompaña al Señor de Fígares. Su paso por la Puerta del Sol, Alcalá o Cibeles fueron los puntos más emblemáticos. A primera hora de la mañana del viernes 19 de agosto de 2011, el paso de misterio de Jesús Despojado quedaba instalado en el noveno altar del Vía Crucis. Las miles de personas, llegas de todo el mundo, que pasaron por allí quedaron impactadas al ver el conjunto escultórico de Manuel Ramos Corona.