Imagínese que un granadino que estudia en la universidad de Málaga, Murcia o Madrid y que está en su casa por vacaciones, empieza a prepararse los exámenes de septiembre. Decide irse al aulario de Severo Ochoa para estudiar y ¿qué sucede?
[mp3j track=”Sorprendentemente no le dejan pasar@wp-content/uploads/2012/08/ugr-no-deja-.mp3″]
Gracias no, maldita la gracia que le hace no poder estudiar en la Universidad de Granada.
[mp3j track=”Nos hemos encontrado con un malagueño muy cabreado@wp-content/uploads/2012/08/ugr-malagueno.mp3″]
Presumimos de tener una gran universidad que ni siquiera aparece en entre las 400 primeras del mundo. Solo el aulario de derecho, que se encuentra en Severo Ochoa, está abierto en agosto para poder estudiar, si perteneces a la universidad de Granada, claro; el resto tiene que buscarse la vida en bibliotecas públicas, como la de Andalucía, con un horario de 9 a 2 de la tarde, teniendo que hacer cola desde las 7:30 para luchar por hacerse con un sitio y poder estudiar…
[mp3j track=”Antonio se ve obligado a pegarse codazos por un pupitre en la Biblioteca de Andalucía@wp-content/uploads/2012/08/ugr-antonio-.mp3″]
Ya lo ven. No es fácil estudiar en agosto en nuestra ciudad. Toda una hazaña para aquellos estudiantes que sólo piden una zona de estudio y para todos.