La Junta y el investigador Miguel Caballero han calificado de “cordial” la reunión mantenida este lunes para abordar la petición del experto de iniciar un sondeo por el que pretende localizar la posible fosa del poeta Federico García Lorca y, aunque no se ha producido ningún acuerdo, ambas partes han coincidido en señalar el ambiente de “entendimiento” en que ha transcurrido el encuentro.
La delegada provincial de Educación, Cultura y Deporte, Ana Gámez, ha expuesto al investigador, según ha informado a Europa Press, que su departamento no tiene interés en “boicotear” su proyecto, pero aún está pendiente de resolverse si el uso de georradar, que Caballero quiere utilizar, puede considerarse una intervención arqueológica, en cuyo caso los trabajos han de contar con la autorización de la Dirección General de Patrimonio.
También ha aclarado que no existe silencio administrativo a este respecto, como había argumentado Caballero, y que cualquier actuación relativa a fosas comunes de la Guerra Civil, aunque no incluya excavaciones, debe responder a la petición de familiares de los represaliados, un extremo con el que no está de acuerdo el investigador.
Por su parte, Caballero, en declaraciones a Europa Press, ha informado de que trasladará los pormenores de su investigación al director general de Memoria Democrática de la Junta, Luis Naranjo, en una reunión que mantendrá con él en Sevilla el próximo septiembre.
Asimismo, se ha congratulado de que la delegada provincial de Cultura le haya trasladado su “voluntad política y administrativa” de no obstaculizar su investigación y acelerar los trámites en la medida de lo posible.
No obstante, se ha mostrado firme en su planteamiento de que ha existido silencio administrativo por parte del Gobierno andaluz y, dado que cuenta con el permiso del dueño de los terrenos y que ha informado al Ayuntamiento de Alfacar, mantiene su pretensión de realizar “en un tiempo prudencial” el sondeo de la fosa.
Según ha recordado, su objetivo es continuar con sus investigaciones y no exhumar los restos de los enterrados con el poeta, puesto que eso “corresponde a los familiares”. De acuerdo a sus pesquisas, que van en la línea de las que ya hiciera el periodista Eduardo Molina Fajardo, falangista granadino, la fosa de Lorca se ubica frente a un cortijo situado entre la carretera que une Víznar con Alfacar, en el Pago del Peñón Colorado, que era el antiguo campo de instrucción de las tropas de Falange.
El investigador pagará de su bolsillo los trabajos y, si se constata la existencia de fosas en la zona demarcada –que según sus cálculos está delimitada por varias rocas colocadas en la zona por la mano del hombre– trasladará sus conclusiones a los familiares de los fusilados junto a Lorca, del maestro republicano Dióscoro Galindo y del banderillero anarquista Francisco Galadí, para que soliciten la exhumación si lo estiman oportuno.