Pasear por Granada y no encontrarse con ninguna pintada en la fachada de algún edificio es casi misión imposible. Inmuebles situados en el casco histórico o en barrios como el Albaicín o la Chana son los principales perjudicados por los amantes de los sprays. La situación se agrava especialmente a un lado y a otro de la Gran Vía. Los vecinos protestan ante la proliferación de graffitis; dicen que los turistas se llevan una mala imagen de la ciudad.
Esta opinión es compartida por el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de la capital. Desde la oposición piden un plan de actuación urgente contra este atentado al patrimonio.
El PSOE reconoce alguna que otra actuación para combatir las pintadas pero aseguran que han sido insuficientes.
Por su parte, el equipo de gobierno del PP advierte de que el Ayuntamiento solo puede eliminar los garabatos de las fachadas de edificios municipales.
Fuentes alude a la responsabilidad del ciudadano en cuestiones como ésta. En definitiva, con nuestros impuestos pagamos las reparaciones de los paramentos.