Una investigación desarrollada por el “Technological and Nuclear Institute” de Portugal y el “College of Health Technology” de Lisboa ha puesto de manifiesto la “pobre calidad del aire interior” de los gimnasios y ha puesto en tela de juicio los sistemas de ventilación de estos espacios deportivos.
El estudio, presentado en la jornada de hoy del Congreso Europeo de Aerosoles (EAC-2012) que se celebra en Granada, recuerda que estos centros son lugares donde generalmente se concentra un elevado número de personas que practican deporte en un espacio relativamente pequeño.
El análisis, del que ha informado en un comunicado la organización del congreso, ve positivo que la práctica deportiva cada vez esté más extendida entre la población puesto que está científicamente probado que el ejercicio es una forma de prevenir la obesidad o la “diabetes mellitus”.
Sin embargo, deportistas profesionales y aficionados pueden enfrentarse a factores de riesgo cuando hacen ejercicio puesto que, al incrementar el ritmo de la respiración, inhalan más contaminantes y como muchas veces el aire llega a los pulmones a través de la boca no pasa por los filtros naturales que existen en la nariz.
Por todo esto, es importante el entorno en el que se desarrolla la práctica deportiva y, en el caso de los gimnasios, estos expertos seleccionaron una serie de locales y llevaron a cabo unas mediciones en su interior para analizar la presencia de las pequeñas partículas suspendidas en el aire, así como de hongos y bacterias.
Los altos niveles de dióxido de carbono y microorganismos hallados en los gimnasios estudiados indicaron que los sistemas de ventilación eran “inadecuados” y que contribuían a la pobre calidad del aire que se respiraba en su interior.