Se trata del quinto volumen de la colección Biblioteca “Conde de Tendilla”, obra del teniente coronel Javier Ruiz Arévalo, que se edita en colaboración con el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC).
“Militares y oenegés. Reflexiones sobre una relación a veces tormentosa”, es el título de la obra del teniente coronel Javier Ruiz Arévalo, publicada por la Editorial Universidad de Granada (eug) en colaboración con el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), en la colección Biblioteca “Conde de Tendilla” (5º volumen).
En este libro, de más de 270 páginas, se recoge la evolución de los conflictos armados y se analizan los problemas que paulatinamente se han ido poniendo de manifiesto, así como las soluciones que la comunidad internacional ha ido desarrollando. Y cómo ha quedado patente que para esta cuestión aún no se ha encontrado una solución satisfactoria.
“Las últimas décadas –a decir del autor de este volumen– han sido testigos de cambios muy significativos en lo que a la tipología de los conflictos bélicos y a la naturaleza de la implicación de civiles y militares en los mismos se refiere. Paralelamente, se ha producido una creciente implicación de las fuerzas armadas en el campo de la ayuda humanitaria, sea como consecuencia de conflictos bélicos o de cualquier tipo de catástrofe”.
Esta doble realidad ha hecho que militares y actores humanitarios trabajen codo con codo en los mismos escenarios y que, en ocasiones, las fronteras entre los cometidos respectivos se desdibujen y surjan tensiones entre ambos grupos. Así, conceptos como “Operaciones postconficto”, “Estabilización” o “Enfoque integral” nacen, según el autor de este libro, “para poner un poco de racionalidad en unos conflictos en los que hay cada vez más actores implicados y resulta más difícil armonizar su actuación”.
Complejidad de los conflictos
Los conflictos clásicos consistían básicamente en el enfrentamiento de dos ejércitos que perseguían doblegar al contrario e imponer una paz favorable a sus propios intereses nacionales. En el siglo XXI, sin embargo, los conflictos son sensiblemente más complejos. Los conceptos de amigo y enemigo son más difusos, junto a los actores militares actúan multitud de actores civiles de naturaleza muy diversa y el objetivo no es tanto derrotar al enemigo como ganarse a la población. Lo que se busca, pues, no es un ejército derrotado, sino un país estabilizado.
“En escenarios conflictivos –afirma Javier Ruiz Arévalo–, junto con los actores militares actúan organizaciones nacionales e internacionales, gubernamentales y no gubernamentales que, aunque pueden coincidir con los actores militares en cuanto a los objetivos últimos, tienen sus propias agendas, prioridades y modus operandi. Esto es especialmente cierto en el caso de las organizaciones no gubernamentales, las oenegés, que encuentran cada vez más difícil compatibilizar su intervención en este tipo de escenarios con la exigencia de la neutralidad que debe caracterizar su actuación”.