Noche de ciencia a la luz de las linternas

El estreno de ‘Al museo con linterna’ ha sido un éxito. Los asistentes a la primera sesión de la actividad valoraron su experiencia como “muy divertida” y destacaron la posibilidad de ver elementos e instalaciones del museo que no se observan durante el día. La sorpresa fue la emoción más compartida por el público durante la hora y media que duró el recorrido. En todas las instalaciones aguardaban momentos inesperados, como en la exposición ‘Títeres’, donde una pequeña marioneta se ‘escapó’ de una vitrina y apareció la balconada de la sala, el oso de la ‘Caja de Juguetes’ cobró vida y los protagonistas de ‘El Retablo del Maese Pedro’ se pusieron en movimiento al percibir la luz de los grupos que se acercaban a conocerlos.

El teatro de sombras fue uno de los grandes atractivos de este espacio, sobre todo para los más pequeños que pudieron crear sus propias historias gracias a las posibilidades que brinda la oscuridad con la iluminación tenue de unas linternas.

El Tyrannosaurus rex tampoco dejó indiferente a nadie. El rugido del dinosaurio dio la bienvenida a los visitantes que se adentraron en la sala totalmente a oscuras y en la que jugaron con la percepción para descubrir con sombras la forma de la mandíbula o la mirada del Tyrannosaurus rex.

También se observaron con especial atención elementos que se exponen habitualmente en el museo, pero que a la luz de las linternas cobraron mayor protagonismo como los nautilus o el cuerpo humano plastinado del Pabellón Viaje al Cuerpo Humano.

Y en una visita nocturna al Parque de las Ciencias, no podía faltar un paseo por los exteriores para conocer de cerca cómo pasa la noche una de las aves nocturnas que viven en el museo: el búho.

El momento de mayor expectación de la noche llegó con la bajada a los sótanos, cerrados habitualmente al público. En el recorrido por los pasillos oscuros de los almacenes tuvieron la oportunidad única de ser testigos de la apertura de una las cajas de la próxima exposición que llegará al museo: ‘Brain’. Cuando todas las linternas apuntaron al interior la sorpresa fue generalizada: descubrieron un cerebro en el interior.

La buena acogida que ha tenido esta actividad novedosa a nivel nacional consolida la idea del Parque de las Ciencias de integrar en un futuro esta experiencia en su programación habitual.

Con esta iniciativa el museo pretende acercar la ciencia y la cultura de una forma diferente, así como fomentar la creatividad y promover la curiosidad y la sorpresa por descubrir sin límite de edad.

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