Según datos de la Asociación Internacional de Alzheimer, cada 4 segundos una persona es diagnosticada de demencia. Se estima que para el año 2050 más de 100 millones de personas sufrirán la enfermedad de Alzheimer (EA). Es una de las enfermedades con más incidencia en la población de edad avanzada .De ahí la necesidad de fomentar la investigación de este tipo de demencia de gran impacto social y económico para los pacientes, sus familiares y los sistemas de salud.
Científicos de diversas disciplinas en todo el mundo se afanan en responder las incógnitas que rodean todavía a esta enfermedad. La Universidad de Granada, con una larga y reputada tradición investigadora, concentra una buena parte del trabajo investigador sobre la EA.
En el desarrollo de esta enfermedad y de otras de carácter neurodegenerativas como el Parkinson, intervienen proteínas y fibras conocidas como amiloides, que se agregan a los tejidos del sistema nervioso central provocando daños neuronales irreversibles. Estudiar su comportamiento, cómo cambian de estado, cómo actúan en los procesos llamados de agregación (las proteínas cambian de forma para asociarse entre sí), son los objetivos de un grupo de científicos del Departamento de Química Física de la Facultad de Ciencias, del que forma parte el profesor Francisco Conejero. «Nuestro objetivo es conocer, desde el punto de vista físico y químico las razones del proceso de agregación. Muchas investigaciones, además de la nuestra, han demostrado que durante este proceso de acumulación de las fibras se forman agregados intermedios conocidos como oligómeros, que están compuestos por la asociación de varias moléculas de proteínas y que juegan un papel clave en los mecanismos de agregación». Para el profesor Conejero, «el estudio de estos oligómeros es muy importante, ya que son uno de los principales agentes tóxicos en las enfermedades neurodegenerativas».
Para este investigador y su grupo, el trabajo que desempeñan puede tener una trascendencia importante en la lucha contra este tipo de enfermedades y su posible tratamiento. Son necesarias numerosas horas en el laboratorio para descifrar cómo actúan los compuestos químicos presentes en el sistema nervioso. El fruto de tantas horas de trabajo llega cuando se logra identificar a aquellos compuestos que pueden tener un efecto neuroprotector frente a los agentes causantes de este mal.
En esta tarea se afanan un grupo de científicos del departamento de Biología Celular e Inmología del Instituto de Parasitología López Neira del CSIC, que cuenta con una gran trayectoria investigadora a sus espaldas. En concreto, el grupo de seis investigadoras que encabeza Elena González busca demostrar el papel antiinflamatorio que juegan unas pequeñas proteínas con funciones fisiológicas cruciales y que son producidas por diferentes tipos de células, especialmente neuronas y demás células del sistema inmune, llamadas neuropéptidos. Buscar agentes endógenos para combatir la inflamación causante del deterioro neuronal en personas con Alzheimer, es determinante para su tratamiento.
Diagnóstico y prevención
Pero si importante es entender las causas y el desarrollo del Alzheimer, lo es también su diagnóstico. No es fácil identificar la enfermedad y se hace a base de eliminación, tras hacer numerosas pruebas. Las nuevas tecnologías están permitiendo avanzar en este aspecto. Los integrantes del grupo de investigación Signal Processing and BiomedicalApplications (SiPBA) del departamento de Teoría de la Señal, Telemática y Comunicaciones han desarrollado un sistema informático que permite diagnosticar la enfermedad a partir de imágenes procesadas por ordenador, con un 90% de éxito. También las imágenes obtenidas a través de resonancia magnética «podrían servir como marcador para saber cuándo empezamos a desarrollar la enfermedad», según los estudios sobre nanopartículas magnéticas en el cerebro. Llevados a cabo por el catedrático del departamento de Química Inorgánica, José Manuel Domínguez Vera. Pero uno de los indicios de que algo no va bien es cuándo empiezan los fallos de memoria y los problemas a la hora de ejecutar las actividades diarias. También esto es objeto de estudio por parte de los científicos. El grupo de investigación de Marisa Arnedo, del departamento de Psicología Experimental de la UGR, busca profundizar en el conocimiento sobre los procesos cognitivos y cerebrales implicados en la realización de actividades diarias, como el aseo, las tareas de la casa o el cocinar. «Los problemas de ejecución en estas actividades son criterios imprescindibles para diagnosticar demencia». Es el mal del olvido, pero los científicos lo tienen muy presente.
Información del portal CIENCIA EN GRANADA.