CCOO estudia llevar al juzgado y personarse en el accidente laboral de Vélez de Benaudalla, con dos fallecidos

CCOO estudia denunciar ante el juzgado y personarse en el accidente laboral registrado el pasado agosto en una pirotecnia de Vélez de Benaudalla (Granada), en el que un matrimonio de origen valenciano perdió la vida a raíz de una explosión cuando estaban ensamblando carcasas para un espectáculo pirotécnico.

Según han explicado a Europa Press fuentes de CCOO, se está estudiando esta opción ante la sospecha de que “algo pudo fallar en la cadena preventiva”, toda vez que según sus informaciones el lugar donde se produjo la explosión está más destinado al “almacenamiento” que al manipulado de elementos pirotécnicos.

Así lo reflejó el sindicato en el informe que trasladó a la Fiscalía y a la Inspección de Trabajo para que investigaran los hechos, si bien CCOO recuerda que sus técnicos no pudieron acceder al lugar del accidente por lo que en estos momentos se trabaja con “hipótesis” y con los testimonios de delegados sindicales y familiares.

Antes de decidir si personarse en la causa, el sindicato quiere esperar a conocer las pretensiones de la familia, ya que “ellos tienen más capacidad para hacerlo” y podría ser más fructífero en términos judiciales si se hace de manera conjunta.

La explosión se produjo el pasado 2 de agosto, cuando los fallecidos, un matrimonio con más de 35 años de experiencia que trabajaba en la factoría desde junio, se encontraba ensamblando carcasas en una de las casetas habilitadas al efecto.

Ambos trabajadores sufrieron quemaduras graves en todo el cuerpo. El hombre, que perdió una mano en la explosión, falleció a las pocas horas en el Hospital de Traumatología de Granada y la mujer al día siguiente.

En su momento, los responsables de la pirotecnia trasladaron a los medios que las instalaciones cumplen todas las exigencias de seguridad, asegurando que se había realizado una gran inversión en los últimos años para dotarla de todas las medidas de seguridad que marca la ley.

Las casetas en las que estaban los trabajadores son de estructura reforzada, cada cabina de montaje está separada del resto para evitar una reacción en cadena y en ellas “solo hay la cantidad de pólvora exacta con la que se va a trabajar” mientras que el resto permanece en almacenes subterráneos “alejados”, según señalaban el pasado agosto desde la compañía.