Buscan a 5 personas por estafar a personas mayores con los timos de la estampita y del tocomocho

El tocomocho aún funciona.

La Guardia Civil busca a tres estafadores que consiguieron hacerse con 4.800 euros mediante el timo de la estampita en Salobreña (Granada) y a otras dos personas que consiguieron 3.000 euros con el timo del tocomocho en Churriana de la Vega, tras engañar a una mujer de 69 y a un hombre de 82.

En el caso de Salobreña los tres estafadores eran un hombre de entre 40 y 50 años; una mujer de entre 60 y 70 años y una menor de edad que se hacía pasar por disminuida psíquica, según informa el Instituto Armado en una nota.

Esta última se acercó el jueves por la mañana llorando hasta su víctima, una mujer de avanzada edad, con un billete de veinte euros roto en una mano y un grueso fajo de billetes de cincuenta euros en la otra, diciéndole que una señora en el parque se los quería quitar.

En ese momento se acercó hasta ellas la pareja de estafadores y simularon que intentaban quitarle el dinero a la niña, pero ésta dijo que solo se lo entregaría a la víctima a cambio de billetes nuevos.

La mujer estafada acudió a su casa, cogió su cartilla bancaria y sacó de su cuenta corriente 4.800 euros y se los entregó a la niña a cambio de una bolsa de plástico que supuestamente contenía el fajo de billetes que había visto anteriormente.

Cuando la víctima abrió la bolsa y comprobó que solo había recortes de periódico, los tres estafadores habían huido.

En Churriana de la Vega fueron dos los estafadores que se acercaron hasta un anciano de 83 años, el primero un hombre de unos 30 años, con acento gallego, pelo corto castaño, sin gafas, de baja estatura, complexión media y que se hacía pasar por disminuido psíquico; y el segundo, un hombre alto, de complexión media, pelo corto castaño, con acento castellano.

El que se hacía pasar por disminuido psíquico abordó al anciano y le dijo que llevaba en el bolsillo unos boletos de lotería premiados. En ese instante se presentó el segundo individuo y sacó dinero para comprarle los billetes de lotería al supuesto disminuido, a la vez que convencía a la víctima para que hiciera lo mismo y poder así repartirse los “décimos premiados” entre los dos.

Una vez convencido, acompañaron a la víctima hasta su casa, y como ocurriera en el caso anterior, la víctima cogió su cartilla de ahorros e intentó efectuar un reintegro de 15.000 euros en su banco pero afortunadamente solo puede sacar 3.000.

Los estafadores montaron al anciano en su coche y lo llevaron hasta Granada, donde el que conducía le dijo que se tenía que bajar del vehículo porque iba a llevar al supuesto disminuido a su casa y que más tarde volvería a por él, lo que finalmente no ocurrió.

Cuando el anciano llegó a su casa en la bolsa en donde esperaba encontrar los décimos de lotería premiados, solo encontró trozos de papel.

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