La playa de El Pozuelo, en Albuñol (Granada), será limpiada este sábado por los voluntarios del proyecto ‘Save the Beach’, después de que así lo eligieran los usuarios de www.coronitasavethebeach.org en un concurso en el que se votaba para recuperar una playa deteriorada del litoral europeo.
Albuñol recibió el mayor número de votos, con un 52,51 por ciento, seguida de la Spiaggia dei Maronti, en Ischia, Italia, según informa la organización en una nota.
El caso de la playa de El Pozuelo fue denunciado por un ciudadano anónimo que advertía del “abandono” que sufría respecto al resto del litoral andaluz y de la “basura” y la “contaminación” que padecía. Desde que se subió su caso a la web, esta playa ha recibido numerosos mensajes de apoyo por parte de casi una veintena de internautas.
Uno de los problemas de base que explican el deterioro que sufre esta playa “es la presencia de invernaderos que echan todo tipo de residuos y desperdicios a la arena y al mar”, añaden los organizadores.
Este sábado, todos los amantes de las playas y el medioambiente podrán convertirse en voluntarios y, armados con guantes, cubos y rastrillos, colaborar para su limpieza, como ya ocurrió en 2009 cuando se limpió la playa romana de Capocotta, en 2010 en la Bahía de Portmán, en Murcia y el año pasado en Cala Paradiso, en Sicilia.
‘Save the Beach’ es un proyecto de Responsabilidad Social Corporativa de Coronita que desde 2008 trabaja para concienciar sobre la necesidad de preservar las playas en Europa y que cada año organiza la limpieza de la playa que los usuariosde toda Europa deciden con sus votos.
Este proyecto ha recogido ya más de 720 casos de denuncias y cuenta con más de 100.000 seguidores en Facebook. Además de la limpieza de las playas, ha organizado algunos eventos impactantes en Europa para divulgar su proyecto.
Uno de ellos fue construir el primer hotel de basura del mundo, que la iniciativa abrió al público en Roma y en Madrid en 2010 y 2011 respectivamente. El hotel, obra del prestigioso artista medioambiental alemán H.A. Shult, ofreció al público la experiencia de dormir en un hotel hecho con desperdicios encontrados en playas europeas.