El hecho de que la procesión de la Virgen de las Angustias haya terminado antes de lo habitual, ha permitido que muchas personas que habían acompañado a la patrona hayan pasado después por los puestos de frutos de otoño y también por los de venta de dulces y tortas típicas.
Las hermandades que habían instalado su puesto para sacar fondos extra para sus actividades han podido acabar el género, algunas con ofertas de última hora. Todos estaban contentos y la experiencia ha sido satisfactoria.