La Diputación de Granada tributa esta semana un merecido homenaje al escritor granadino José Fernández Castro, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. Fernández Castro fue un escritor precoz y bastante prolífico que obtuvo en 1978 el premio Ángel Ganivet de narrativa de la Universidad de Granada y logró el reconocimiento a nivel nacional con la novela “La tierra lo esperaba”, publicada por Espasa en su colección Austral. Fernández Castro (1912-2000) hubiera cumplido un siglo el pasado 16 de junio, pero la enfermedad se lo llevó por delante a los 88 años.
El vicepresidente de la Diputación, José María Guadalupe, ha destacado durante la presentación de los actos del homenaje que “en esta Granada tan tacaña, a veces, con sus intelectuales y artistas, se le hace justicia a un hombre íntegro en todos los sentidos, un caballero de la pluma, de gran elegancia y estilo, pero, sobre todo, una gran persona, un hombre que nos dejó la huella y el recuerdo de su gran humanidad”.
Uno de los hijos del escritor, Antonio Fernández García, ha señalado que el homenaje ha sido “animado y empujado” por numerosas personas desde que murió el escritor hace ya doce años. “Han sido personas de todas las condiciones e ideologías, no solo pertenecientes al ámbito cultural, sino gente sencilla, granadinos que conservan algún buen recuerdo de él”. El homenaje simboliza, a su juicio, “la personalidad de mi padre, que supo aunar el afán creativo, su amor a la literatura y a Granada y la defensa de los más desfavorecidos”.
El escritor Gregorio Morales, ha calificado a Fernández Castro como “un hombre de los tiempos de la República, que practicaba sus mismas virtudes y que iba diciendo, con modestia, que era un campesino que de vez en cuando escribía”. Aunque han existido tributos anteriores por parte de la Academia de Buenas Letras y el Ayuntamiento de Granada, este homenaje es “perfecto” porque “hace justicia con uno de los novelistas más importantes de este país, coincide en el tiempo con su centenario y llega, además, en un momento de descomposición total de los falsos valores en que se ha sostenido nuestra sociedad actual”.
Los actos conmemorativos del centenario comienzan mañana, 2 de octubre, con la inauguración en el Palacio de los Condes de Gabia de la exposición “José Fernández Castro en su entorno íntimo”, que recopila un buen número de retratos, manuscritos y efectos personales del escritor y una reconstrucción de su estudio de trabajo en el Carmen del Alba.
A continuación, se presentará el libro “Artículos. Cuatro décadas de prensa”, que reúne sesenta de sus colaboraciones periodísticas en Ideal, Patria y Diario de Granada sobre diversos temas, especialmente sobre Granada y lo granadino, con selección y prólogo a cargo de Francisco Gil Craviotto. Este primer día del homenaje finaliza con una mesa redonda, a las 20 horas, sobre “Fernández Castro, escritor y periodista”, en la que intervendrán los escritores Antonina Rodrigo, Eduardo Castro, Gregorio Morales y Fernando de Villena.
El miércoles 3 tendrá lugar en el patio del mismo palacio, a las 20.30 horas, un concierto a cargo del pianista granadino Juan Gallego Coín y el jueves día 4 de octubre concluirán los actos del homenaje con una segunda mesa redonda titulada “Fernández Castro. Ciudadano comprometido”, con la intervención de Juan Santaella, Juan J. Ruiz Molinero, Andrés Cárdenas y José G. Ladrón de Guevara. (20 horas)
Perfil
José Fernández Castro pasó sus primeros años de vida en su pueblo natal, La Peza, situado al pie de la falda norte de Sierra Nevada. A los quince años, sus padres decidieron enviarlo a la capital para que cursara el bachillerato, estudios que alternaría con diversos trabajos. Fue primero taquígrafo, y más tarde redactor, del periódico Noticiero Granadino, luego ingresó por oposición en el cuerpo técnico del Ministerio de Gobernación y trabajó como funcionario en el Gobierno Civil de Granada, donde permanecería hasta su jubilación.
Publicó su primer libro tardíamente, en 1950, bajo el título “La sonrisa de los ciegos” (Ediciones Rumbos), que fue bien recibido por la crítica y varias veces reeditado, lo que le permitió desarrollar su carrera literaria. Logró el reconocimiento público a nivel nacional con la novela “La tierra lo esperaba” (1974), escrita gracias a una beca concedida por la Fundación Juan March y publicada por la editorial Espasa-Calpe en su prestigiosa colección Austral. Cuatro años después, obtuvo el premio Ángel Ganivet de narrativa de la UGR por su obra “Balada del amor prohibido”, una novela escrita treinta años antes y guardada hasta entonces en un cajón, “a la espera del momento adecuado para darla a conocer”.
Durante la década de los ochenta, Fernández Castro se dedicaría fundamentalmente al ensayo y la biografía, con títulos como “Alejandro Otero, el médico y el político” (1981), “Ismael de la Serna” (1989) o “Juan José Santa Cruz y las cumbres de Sierra Nevada” (1990). Su última obra publicada fue “El hombre al que mató la música y otros relatos” (2000), que reúne en un solo volumen tres textos que, en palabras de su editor, se presentan “con savia de tallo nuevo, vivo, plenamente actual”. Fernández Castro murió en Granada el 30 de septiembre de 2000.