La Fiscalía de Granada ha solicitado la pena de diez años de cárcel para un acusado de apuñalar el pasado mes de febrero en Granada a un hombre al que conocía previamente de sus estancias anteriores en prisión tras intentar robarle, hechos por los que será enjuiciado los días 16 y 23 de noviembre en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada.
Se trata de Gabriel J.J., de 40 años, al que se le atribuye un delito de tentativa de homicidio, y otro de robo con violencia, y que se enfrenta además al pago de 7.700 euros en concepto de indemnización a su víctima, más otros 150 para el amigo que le acompañaba por el dinero sustraído.
Según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan al 4 de febrero de este año, cuando Pedro A.G.R. se encontró con Antonio P.R. en un bar de la localidad de Játar, desde donde se trasladaron a Granada a comprar droga, a petición del segundo, ya que acababa de cobrar su salario. Lo hicieron a bordo del vehículo de Pedro, de 45 años.
Una vez en la capital granadina, y después de comprar determinada cantidad de sustancia estupefaciente, en los primeros momentos del día 5 se dispusieron a consumirla cerca del lugar donde la habían adquirido, concretamente en la Avenida de Pulianas, saliendo del vehículo.
Fue en esos momentos cuando el procesado se acercó a ellos, de lo que se dio cuenta Pedro, que advirtió Antonio, que estaba apreciablemente bebido, de su peligrosidad. Gabriel les pidió dinero, pero Pedro le respondió que sólo tenían 10 euros para gasolina. No contento con dicha respuesta, el acusado, “asaltado por un deseo de ver incrementado de forma ilícita su patrimonio”, se acercó a Antonio por su espalda y, tras sujetarle, comenzó a registrarle, aunque Pedro le recriminó lo que estaba haciendo, ya que le conocía a él y a su padre.
Fue entonces cuando el acusado, al advertir la presencia de Pedro junto a su espalda, reaccionó de forma inopinada girándose sobre sí mismo y, blandiendo un cuchillo que hasta entonces había ocultado, describió con él un amplio arco letal causándole una herida en el hemitórax y el abdomen, que le ocasionaron perforaciones gástricas y un neumotórax que le pudo haber causado la muerte de no haber recibido pronta asistencia médica.
En esos instantes, según el fiscal, el ánimo de Gabriel “no había sido otro que el de acabar con la vida de Pedro”, o, cuando menos, “aceptó el resultado mortal” que habría ocasionado. Pedro se dirigió al interior de su coche, al igual que Antonio, que echó el seguro de las puertas para protegerse, pero el acusado les exigía que le abrieran, y consiguió romper el cristal del vehículo de un golpe apoderándose de la cartera de Antonio, que contenía 150 euros, tras lo que se dio a la fuga, si bien después fue arrestado y permanece en prisión provisional desde el 7 de febrero de este año.