Publicada la obra del confesor de Isabel la Católica para frenar la Inquisición

La “Católica impugnación”, con la que fray Hernando de Talavera, confesor y consejero de Isabel la Católica, trató de frenar la instauración de la Inquisición, ha sido editada con dos estudios, en el mismo volumen, del catedrático emérito de la Universidad de Harvard Francisco Márquez Villanueva.

La editorial Almuzara, que ha publicado esta obra de la que sólo se había efectuado una minoritaria edición anterior en 1961, precisamente a cargo de Márquez Villanueva, considera la obra como un “documento central y contemporáneo de la última batalla política e ideológica librada ante la instauración definitiva de la Inquisición española”.

Márquez Villanueva (Sevilla, 1931) ha dicho a Efe que la influencia de fray Hernando de Talavera (1428-1507) sobre la reina Isabel la Católica “se considera esencial en relación con lo mas positivo de su política, incluyendo la religiosa y administrativa, como estrecho colaborador también del cardenal Pedro González de Mendoza”.

“Su influencia fue modelo de responsabilidad moral y desinterés; con gran resistencia suya fue obispo de Ávila y después primer arzobispo de Granada, donde inicio una política de estricto respeto a la libertad religiosa pactada con los nazarís en las capitulaciones de su rendición”, ha señalado Márquez Villanueva sobre la colaboración de Talavera con la reina.

Según el profesor, Talavera actuó así “por cuestión de principio” y contra “la politización de un problema religioso, en violación del derecho canónico”, además de que estuvo “muy preocupado por la amenaza indiscriminada contra el importante grupo social de los judeoconversos, al que pertenecía él mismo”.

“La Inquisición lo odió por ello e intentó procesarlo con toda su familia en sus últimos días, calumniándolo de judaizante”, ha añadido el profesor, quien también ha destacado la intervención de Talavera, fraile jerónimo, como diplomático en las negociaciones con Portugal y “como hacendista encargado de resolver el loco enredo heredado del reinado anterior”.

Sobre el origen de la Inquisición, Márquez Villanueva ha señalado que es “uno los grandes secretos de nuestra historia; la bula fundacional es de 1478, pero su actuación se demoró hasta 1481; y la dilación es hasta hoy un misterio, aunque una de sus causas pudo ser la oposición de Talavera y del cardenal Mendoza, partidarios de evitar soluciones violentas y moralmente dudosas”.

De la “Católica impugnación” ha recordado que “se escribió antes de 1487 y después de ya fundada la Inquisición”, y que es un texto que “procura no desautorizar a los Reyes Católicos” tendiendo a presentarla “como una transitoria operación de policía, opuesta en su concepto a un ataque colectivo contra el grupo judeoconverso”.

“Talavera condujo, de acuerdo con el cardenal Mendoza, una campaña de predicación catequística contra la apostasía de una relativa minoría de judaizantes”, en clara oposición a los métodos represivos que desarrollaría la Inquisición.

La “Católica impugnación del herético libelo maldito y descomulgado que fue divulgado en la ciudad de Sevilla”, como dice el título completo de la obra de Talavera, es una refutación de un libelo judaizante que se publicó en Sevilla en 1480, del que solo se tiene conocimiento por las referencias del propio Talavera.

El panfleto judaizante, que defendía el rito hebreo, pudo ser una reacción a los primeros rigores inquisitoriales, y la impugnación de Talavera se debió al escándalo que el panfleto suscitó en la corte y en la propia reina Isabel, ya que delataba la práctica abierta del judaísmo, principal argumento de la Inquisición para aplicar sus métodos.

AGENCIA EFE / Alfredo Valenzuela

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