El secretario general de CajaGRANADA, José Antonio Montilla; el director del Centro Andaluz de la Fotografía, Pablo Juliá y el comisario de la muestra, Alain D’Hooghe, han presentado esta mañana una de las grandes exposiciones de Obra Social CajaGRANADA de la temporada: “Body and Soul”, del fotógrafo norteamericano Larry Fink.
La exposición cuenta con 112 fotografías en un luminoso blanco y negro que combinan el glamour de las grandes estrellas de Hollywood o de la pasarela internacional con imágenes en las que, a través del rostro de personajes anónimos, descubrimos esa otra Norteamérica: la de los trabajadores, los viajeros nómadas, los boxeadores o los artistas desconocidos que conducen su música por las carreteras secundarias de todo el país.
En la presentación, el secretario general de CajaGRANADA empezó por resaltar la excelente relación de la entidad con el Centro Andaluz de la Fotografía y destacó el espíritu de colaboración, esfuerzo y cooperación que debe presidir la relación entre instituciones, ahora y en el futuro. José Antonio Montilla reafirmó el compromiso de CajaGRANADA con su obra social, reivindicando el papel que debe seguir desempeñando como divulgadora de la cultura y las artes y destacó el esfuerzo de todos los responsables de cada área por organizar actividades de interés para los ciudadanos, optimizando los recursos disponibles.
Por su parte, Pablo Juliá destacó la excelente relación del CAF con CajaGRANADA, en la que ha encontrado a una gran aliada, alabando la sala de exposiciones en que se muestran las fotografías de Fink, donde lucen con singular brillo los juegos de luz que conseguía el fotógrafo, utilizando el flash para ello.
A su vez, el comisario de la muestra agradeció tanto al CAF como a CajaGRANADA la posibilidad de tener en España una exposición como esta ya que Fink, si bien es muy famoso en los Estados Unidos, es más desconocido en Europa. La exposición, por tanto, después de estar en Granada, viajará a Zaragoza, La Coruña y otras ciudades españolas.
Contenido de la exposición, explicado por el comisario Alain D’Hooghe
Al contemplar algunas imágenes, aunque pueda parecer paradójico en cierto modo, Larry Fink enmarca el conjunto de las fotografías, que viene realizando desde hace más de medio siglo, en la beautiful people. Teniendo en cuenta que nació en el seno de una familia progresista y que estudió durante un tiempo bajo la tutela de Lisette Model, no es de extrañar que desde principios de los años sesenta se dedique a la fotografía documental y, muy particularmente, a sujetos del entorno social.
Apenas tenía 30 años cuando, en 1970, John Szarkowski apuesta por él incluyendo algunas de sus imágenes en una exposición colectiva en el MoMA, cuyo departamento de fotografía dirige. A partir de entonces, inicia una serie de exposiciones, en este caso individuales, tanto en el MoMA como en los más destacados museos estadounidenses y europeos. Su éxito radica, sin duda, en la conjunción perfecta entre el fondo y la forma. La utilización del flash de reportaje, desde hace tiempo indisociable a su sello visual, constituye una de las características esenciales de la obra de Larry Fink. La estética desarrollada y puesta en escena por el fotógrafo es inmediatamente reconocible –y ha creado escuela–, sin que su universo se pueda restringir a lo meramente estético. Lo que prima es la intención, pues el estilo se limita a apoyar su lectura y comprensión. Unas veces un gancho, otras una caricia, el destello del flash perfila la escena revelando a plena luz lo que permanecía oculto en la penumbra, congelando los instantes más fugaces y confiriéndole al conjunto una dulzura inesperada.
La primera monografía de Fink, Social Graces, se ha consolidado como uno de los principales trabajos de edición fotográfica del siglo XX. Reúne clichés que muestran a individuos de las clases neoyorquinas más acomodadas en actividades mundanas: galas de beneficencia, inauguraciones selectas, encuentros en los clubes más exclusivos. Esmoquin y vestidos de noche, sonrisas ávidas, poses estudiadas… sin prescindir del estupor ni el desasosiego.
Por otro lado, el fotógrafo propone un acertado contrapunto que le confiere toda la sustancia a la serie. La segunda parte del libro nos adentra, en efecto, en la cotidianeidad de los Sabatine, una familia obrera que Fink conoció al afincarse en Martins Creek, un minúsculo pueblo perdido del este de Pensilvania: latas de cerveza en lugar de champán reserva; tartas de cumpleaños hipercalóricas a modo de pastas selectas. Y una gestualidad en las antípodas de las casas de los pudientes. Sin alejarse de su habitual espíritu crítico, Fink, elige sin embargo su campo.
A continuación de Social Graces realiza otras series también fruto de incursiones en universos con patrones bien definidos: Boxing, donde indaga en pequeñas salas de entrenamiento de Filadelfia en busca de pugilistas anónimos en lugar de boxeadores; Runway, sobre el backstage de los grandes desfiles de moda; Somewhere There’s Music, una recopilación de imágenes cuyo hilo conductor es la música, la otra pasión del fotógrafo, ya se trate de jazz, música clásica, rock o blues; y The Vanities, la última monografía hasta la fecha, consagrada a las veladas de los Óscar de la última década.
Sus diferentes trabajos comparten diversas constantes: el apego empático del fotógrafo a una sensualidad omnipresente y su capacidad para captar la gestualidad corporal, cuyo conjunto constituye un lenguaje universal. La piel, las manos, el sudor, los gestos cotidianos o las poses estudiadas impuestas por el estatus o reveladoras de la pertenencia a una determinada tribu… todo ello es muy elocuente sobre el ser humano y su lugar en la sociedad. El cuerpo se convierte así en una especie de espejo del alma. Cuerpo y alma. “Body and Soul”, en alusión a una canción inmortalizada por Billie Holiday.
Tras cincuenta años de instantáneas y casi otro tanto de docencia en instituciones de primer orden, Larry tal vez haya abandonado algunas de sus ilusiones de juventud –la fotografía, por honesta y excepcional que sea, no hará mejor nuestro mundo–, pero no ha perdido ni un ápice de determinación: es necesario perseverar, hacer como si todo fuera posible.
Jóvenes beatniks siguiendo la huella de Kerouac, miembros de la alta burguesía neoyorquina, proletarios refunfuñones o guasones, boxeadores en el anonimato, top models, genios del saxo, pescadores o vendimiadores portugueses, estrellas de Hollywood… todos humanos. La belleza del ser a menudo reside en los ojos de quien observa. Y si dicha mirada es condescendiente, seguramente se trate de beautiful people. Larry Fink no tiene parangón a la hora de sacar a la luz su identidad, tal y como son y eligen ser. Cuerpo y alma. Body and Soul…