La familia del fallecido tras una paliza asegura que recibía amenazas

La familia del hombre que murió después de recibir una paliza, hechos por los que están acusados un padre y sus dos hijos, ha recalcado que en las denuncias iniciales señalaron a los imputados porque conocían la existencia de amenazas contra la víctima, que antes de morir declaró que había sido secuestrado.

Las dos hermanas del hombre que falleció en 2008 en un hospital por las heridas que sufrió en una paliza, han explicado hoy durante el juicio que su madre les habló de las amenazas que sufría la víctima tiempo antes de los hechos.

La Audiencia de Granada enjuicia esta semana, con jurado popular, a un padre y sus dos hijos acusados de un delito de homicidio por dar supuestamente una paliza a la víctima, que tenía una minusvalía física reconocida del 65 %.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 26 de septiembre de 2008 en la casa de la víctima, en Granada, donde dos días después lo encontró su madre tirado en el suelo de su habitación y malherido.

Una de sus hermanas ha declarado hoy que la noche en la que el fallecido ingresó en la UCI de un hospital granadino, su madre le contó que la víctima había estado sufriendo amenazas y le habló de los posibles autores de este delito.

“Mi madre me contó que mi hermano estaba amenazado desde hace tiempo, que le pedían dinero y que él se lo había contado. Me explicó además que estaba ansioso, que tenía miedo”, ha explicado la hermana del fallecido.

Con los datos que le ofreció su madre, que no declarará en el juicio por cuestiones de salud, la hermana del fallecido puso una denuncia en la Policía Nacional, en la que habló de dos de los imputados, el padre y uno de sus hijos, compañero de la víctima en unos talleres.

Esta testigo ha afirmado que, cuando encontraron al fallecido, la casa estaba en orden, con dos vueltas de llave echadas, y no faltaba nada, aunque les sorprendió no encontrar las llaves de la víctima.

“Mi hermano era muy meticuloso, lo tenía siempre todo ordenado, y sus llaves estaban dentro de un armario cerrado con llave y esa llave, en una cómoda. Eso no era normal”, ha apuntado.

Las dos hermanas han recordado que su madre ya cambió la cerradura de la casa porque creía que alguien tenía una copia y que su hermano declaró alguna vez que creía que en las clases, al dejar sus cosas, su llavero aparecía en bolsillos diferentes a los que él lo había dejado.

Las dos hermanas han negado que el fallecido sufriera epilepsia o que se cayera con frecuencia, como han mantenido las defensas de los imputados, y han recalcado que tenía autonomía para la vida diaria.

La primera hermana en declarar ha manifestado que la víctima reconoció, durante su estancia en el hospital, que le habían pegado y que afirmó con la cabeza antes de romper a llorar cuando le preguntó si habían sido los acusados.

También ha declarado que su hermano le contó por iniciativa propia que había estado secuestrado, algo a lo que restó importancia en ese momento.

La otra hermana ha recalcado los mismos indicios de amenazas que le narró su madre y ha explicado que la víctima le contó en el hospital que había sido atacado por muchos, ni uno ni dos agresores, y que habían entrado con llaves mientras él dormía.

El juicio continuará mañana con nuevos peritos y testigos para que el jurado determine la culpabilidad o inocencia de los tres imputados, para los que la Fiscalía pide 15 años de prisión.

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