Casi medio millar de poemas inéditos culminan la edición de la “Poesía Completa” de Javier Egea, en un segundo volumen que lleva el subtítulo de “Obra dispersa e inédita” y que recoge los numerosos poemas que el granadino, con fama de maldito, dejó sin publicar al quitarse la vida en 1999.
Este segundo volumen de 600 páginas, que se presentará el jueves en Granada, precede a dos más que también publicará Bartleby Editores, uno por año, con su epistolario, diarios y obra en prosa como cuentos, artículos, conferencias y otras intervenciones en foros literarios, según ha dicho a Efe el profesor granadino Jairo García Jaramillo, autor del prólogo a este segundo tomo.
El libro incluye casi medio centenar de “poemas dispersos conocidos”, que habían sido publicados en revistas o en antologías, y poemas inéditos, casi medio millar, que ahora se publican en edición de José Luis Alcántara, albacea de Egea, y del especialista en su obra Juan Antonio Hernández García.
“El poeta recobrado” se titula el prólogo de García Jaramillo, en alusión al silencio que ha pesado sobre la obra de Egea, al que también se refirió Manuel Rico en la introducción al primer volumen de esta “Poesía Completa” al afirmar que esta publicación “contribuye a corregir una gravísima irregularidad de nuestra historia poética, a saldar una deuda colectiva y a conjurar un silencio inexplicable”.
En los últimos años la recuperación de Egea se ha extendido a la novela, y el expresidente del PCE y también escritor Felipe Alcaraz lo hizo protagonista de “La conjura de los poetas”, publicada por Almuzara hace dos años y en la que cuenta los últimos días del poeta y cómo se salvó su legado literario -lo que ahora se publica en este segundo volumen, entre otros papeles-.
García Jaramillo ha señalado que, aunque “en la ficción siempre se exagera”, buena parte del contenido de la novela de Alcaraz se correspondía con la realidad de la vida y de la figura de Egea, una persona en la que el prologuista prefiere “evitar demasiada mitología”.
Creador en los años ochenta del movimiento denominado “La otra sentimentalidad” con poetas granadinos como Luis García Montero y Álvaro Salvador, Javier Egea (1952-1999) es “una figura interesante como síntoma de un tiempo”, según García Jaramillo, autor del estudio “La poesía de Javier Egea” (Zumaya, 2011).
García Jaramillo ha asegurado que la mayor parte de estos poemas inéditos son “versiones definitivas, con fecha y firma” y que en este nuevo volumen “no hay casi nada a medio hacer”.
“Casi el 90 por ciento lleva fecha y firma y está dado por terminado”, lo que no impide que algunos de estos poemas se hayan conservado escritos en servilletas de papel, nada extraño en un poeta aficionado a los bares y las tertulias como lo fue Egea.
Si dejó tantísimos poemas inéditos “hay muchas razones del destino para que no se publicaran”, según García Jaramillo, quien ha aclarado que tampoco todo lo inédito lo es por la mismas razones, entre la cuales “estuvo la desgana de Egea y la de los demás” y la “inseguridad (del poeta) de si estos poemas tenían valor”.
Si el primer volumen de la “Poesía Completa”, también publicado por Bartleby hace dos años, es “el realmente importante”, con títulos como “Paseo de los tristes”, “Tropo mare” y “Raro de luna”, García Jaramillo ha asegurado que “en este segundo volumen hay muchas cosas importantes, al mismo nivel que las del primero, cosas que van a sorprender, poesía de verdad, y otras más medianas, pero malo no hay nada”.
“Egea fue un poeta que intentó hacer una poesía cotidiana, urbana, desde una óptima materialista, comprometida y con la visión de los de abajo, con una fuerte conciencia crítica, muy influido por la poesía maldita, sobre todo del Romanticismo, pero también por Machado y Lorca”, según García Jaramillo.
“Fue un poeta coherente, de talento innegable que procuró hacer lo que mejor sabía, aunque las complicaciones personales quizás le impidieron haber escrito más, haber hecho una obra más firme”, ha añadido sobre este poeta que fue admirado por Rafael Alberti, quien, cómplice, le dispensaba tratamiento de “arcipreste”.
Alfredo Valenzuela. Agencia EFE