“Yo estuve en la gran manifestación de Granada del 14N y así la vi móvil en mano”

La manifestación del 14N rompió barreras sociales y unió al pueblo granadino como nunca antes había sucedido. Jóvenes y viejos, mamás y papás, carritos de bebé, manifestantes en silla de ruedas, profesores y alumnos, gente con casa y sin casa, sindicalistas y no sindicalistas… la concentración y protesta social de la noche de este miércoles es una demostración poderosa de lo que se puede lograr a través de la unidad de las voluntades.

A las 5 el “runrún” en Gran Vía ya anunciaba una tarde diferente. A la convocatoria de los sindicatos mayoritarios se unió otra de la Plataforma 15M, que congregó a varios miles de seguidores que rodearon desde minutos antes de las seis la Subdelegación del Gobierno. Un poco más adelante, la rotonda del Triunfo ya era como un gran imán que atraía a riadas de gente de los cuatro puntos cardinales.

Poco antes de las seis, dos furgonetas empezaron a repartir diez mil banderas de UGT y Comisiones Obreras entre militantes y simpatizantes. Progresar entre la multitud era como penetrar en mantequilla dura por la densidad de la concentración. Con paso lento pero firme e intenso, el “río humano” fue atravesando el corazón de la ciudad y enviando a la vez un mensaje de fortaleza y rebeldía. Fue tanto el público que se dio cita que cuando la cabeza de la protesta transitaba por la Basílica de la Virgen de las Angustias aún había miles de personas esperando para echar a andar en El Triunfo. En suma, una noche especial que pone colofón a un día diferente que debe servir para repensar nuestro futuro.

Los mayores del lugar dicen que no recordaban nada igual.