15 de noviembre, “Día de la Escucha” dedicado a los cuidadores

El Teléfono de la Esperanza celebra hoy 15 de noviembre el Día de la Escucha, una jornada de sensibilización que pretende popularizar la escucha como un bien necesario en la sociedad para servir de base a la auténtica comunicación, basada en el respeto y el diálogo entre unos y otros. El Día de la Escucha está dedicado en 2012 a los cuidadores, un colectivo compuesto por personas que muchas veces se sienten solas y aisladas en su tarea de atención diaria a personas con problemas de dependencia.

Dos de cada tres personas que cuidan a un familiar dependiente sufre estrés o ansiedad. El 60 por ciento de los cuidadores no recibe, además, ayuda de otras personas en su labor de cuidado de enfermos crónicos, terminales o gravemente discapacitados. La mayoría de quienes cuidan a una persona dependiente está compuesta por mujeres en un 83 por ciento, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. De ellas, un 43 por ciento son hijas del dependiente; un 22 por ciento son sus esposas; y un 7,5 por ciento está compuesto por las nueras de la persona cuidada. La edad media de la persona que cuida es de 52 años, pero en un 20 por ciento de los casos supera, a veces ampliamente, los 65 años.

“Como apunta el lema del Día de la Escucha de este año, también hay que cuidar al cuidador porque prestar asistencia a un ser querido dependiente suele ser una tarea agotadora física y psicológicamente”, ha señalado hoy la diputada delegada de Familia y Bienestar Social, Marta Nievas, significando el apoyo de la Diputación Provincial de Granada a esta iniciativa del Teléfono de la Esperanza.
La labor del Teléfono de la Esperanza va a ser difundida a través de los centros de servicios sociales comunitarios de la Diputación en las comarcas granadinas, según ha indicado Marta Nievas que ha destacado la importancia que pueden tener los voluntarios del Teléfono de la Esperanza para los cuidadores de dependientes.

El cuidador añade al esfuerzo físico diario el desgaste psicológico pues “en muchas ocasiones, el sacrificio y los desvelos de la persona cuidadora no son suficientes para frenar el deterioro inevitable del familiar enfermo o anciano”, ha añadido la diputada Mara Nievas que ha destacado que “los cuidadores, y sobre todo las cuidadoras, son quienes con su labor hacen posible que la asistencia a todos los dependientes sea una realidad y no una quimera”.

La enfermedad crónica, invalidante o terminal de un miembro de la familia afecta profundamente la estabilidad emocional de toda la casa, según datos del Teléfono de la Esperanza. Es habitual que aumente la tensión con otros miembros de la familia como hijos o pareja. Compartir la vida junto a un ser querido dependiente genera en la persona cuidadora un torbellino emocional muy difícil de manejar. Muchas personas que están cuidando a un familiar dependiente sienten soledad. Además, en un 17 por ciento de los casos, la persona cuidadora comparte la atención al dependiente con otras tareas como cuidar de los hijos lo que provoca un mayor estrés, así como un nivel de tensión por estar 24 horas pendiente de una persona lo cual puede provocar ansiedad.

Es asimismo habitual que la persona cuidadora pueda sentir rabia. Es la consecuencia del agotamiento físico y mental, de la acumulación de noches de mal dormir a causa del constante estado de alerta para atender a la persona dependiente. También la culpa puede aparecer cuando el cuidador se enfada, llora y experimenta el deseo de que esa situación acabe. Igualmente, el miedo surge en el día a día de la persona cuidadora: miedo a no llegar a todo o a fallar.

Es en estas circunstancias cuando es muy importante que el cuidador pueda canalizar esos sentimientos de forma adecuada y el que pueda ser escuchado por una persona de confianza tiene efectos terapéuticos muy notables.

“Las personas cuidadoras son la cara oculta de la dependencia y en los Servicios Sociales Comunitarios de la Diputación Provincial de Granada lo tenemos muy claro por lo que hoy nos sumamos al Día de la Escucha dedicado a ellas, y el resto del año las apoyamos formativa y humanamente en la medida de nuestras posibilidades”, ha señalado a este respecto Marta Nievas.

Igualmente, es fundamental que el entorno familiar apoye al cuidador principal para que tenga momentos de descanso y que pueda desconectar del problema.

Así, no se trata solo de una necesidad de recursos económicos sino de reconocimiento por parte de la sociedad, de colaboración de otros miembros de la familia y de apoyo psicológico y terapias para proteger al cuidador.

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