Un forense determina que los vecinos de Cervezas Alhambra no mejorarán mientras duren los ruidos

El forense del Instituto de Medicina Legal de Granada que ha examinado a los afectados por los ruidos de la planta granadina de Cervezas Alhambra ha determinado que no mejorarán del estado que presentan, que incluye ansiedad, cansancio o síndrome de stress postraumático, “mientras dure la noxa –el agente externo que produce el malestar– que lo provoca”.

Así consta en los informes del forense que han sido aportados a la causa que investiga el Juzgado de Instrucción número 1 de Granada, que deberá decidir además si pedir o no cautelarmente el cierre de la planta para evitar la afección a los vecinos del bloque de pisos cercano, el edificio Artillería, de la empresa municipal de vivienda Emuvyssa, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

En sus dictámenes, a los que ha tenido acceso Europa Press, el perito concluye que del análisis de algunos de los afectados se ha reconocido crisis de ansiedad, que les llevan a tratarse con ansiolíticos, tristeza, o cansancio. Además, algunos necesitan tratamiento psicológico y salud mental y presentan como secuela síndrome de stress potraumático a consecuencia del nivel de ruidos que soportan, su estado que se mantendrá “mientras dure la noxa que lo provoca”.

En el proceso judicial están imputados cuatro altos cargos de Cervezas Alhambra, de los que han declarado en el Juzgado tres de ellos, el director general de Cervezas Alhambra, el director de Medio Ambiente, y el director general de Mahou-San Miguel, que compareció por exhorto el pasado 18 de octubre en el Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid. Está pendiente de que se fije la fecha para la declaración del cuarto, el director de la fábrica granadina, que se encuentra actualmente en La India por razones de trabajo.

Además, en el ámbito civil, ya hay fecha para el juicio por ruidos, tras la denuncia que interpuso una de las vecinas del bloque. Será el próximo 2 de mayo en el Juzgado de Primera Instancia número 12, según las fuentes consultadas.

Fue el pasado 21 de septiembre cuando los dos primeros directivos imputados comparecieron en la sede judicial de la Caleta y, aunque rehusaron hacer declaraciones a los periodistas, fuentes de Cervezas Alhambra sí expresaron su confianza en que la investigación se archive y se aclare la situación.

En el mes de junio la Audiencia Provincial de Granada consideró en un auto que los ruidos que generaba la planta granadina debían ser objeto de investigación penal, y que en el caso de Cervezas Alhambra hay mediciones del ruido que superan los límites legales establecidos por las ordenanzas municipales, “llegando a ser calificado en uno de los casos de intolerable. La existencia de un expediente sancionador incoado por la administración no excluiría la existencia de infracción penal”.

Asimismo, a finales del mes de julio la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente informó de que había trasladado a la Fiscalía Provincial de Granada el posible incumplimiento de los plazos para adoptar medidas contra el ruido por parte de la empresa, que fue sancionada por este motivo con 20.000 euros por una infracción muy grave.

La Junta de Andalucía, que dio 45 días de plazo para que diera solución al conflicto, se reservaba la capacidad para ejercer este “trámite administrativo”, ya que así se lo trasladó a la compañía el pasado mes de junio, advirtiéndole de que podía incurrir en un posible delito de desobediencia con incidencia en el medio ambiente.

El problema surgió tras la denuncia planteada por los vecinos de un bloque construido por la empresa municipal Emuvyssa cerca de la planta granadina, que motivó una investigación de Medio Ambiente. Las mediciones de los niveles de ruido revelaron la superación de los valores establecidos, permanente en el tiempo, por lo que suponía “un riesgo grave para la salud de las personas”.

La empresa, que ha adoptado medidas para disminuir los niveles de ruido en varias ocasiones, recurrió la sanción impuesta por la Consejería tras las mediciones y recordó que la planta granadina se encuentra en suelo industrial, pese a que se le obliga a cumplir una normativa medioambiental aplicable a zonas residenciales.

En ese sentido, llamó la atención en que “quizá” el ordenamiento urbanístico de la ciudad no tuvo en cuenta la posible “colisión” entre ambas calificaciones, aunque aclarando que no quiere acusar a ninguna administración por ello.

“Nuestra predisposición es hacer todo lo posible para disminuir los niveles de ruido. Lo nuestro es hacer cerveza y en eso queremos seguir”, dijo entonces a Europa Press un portavoz de la compañía.

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