Artista y profesora de Bellas Artes, Marisa Mancilla muestra su última creación en el Centro Damián Bayón de Santa Fe con una serie de dibujos que reflejan la dificultad para entender -desde el estrecho margen de las relaciones humanas y el entorno más íntimo- la tempestad de lo interno. Este trabajo, que se podrá contemplar hasta el próximo 20 de enero, toma como base el teorema de Thomas, un principio fundamental de la sociología formulado por William I. Thomas en 1928 que viene a decir que “si las personas definen las situaciones como reales, éstas son reales en sus consecuencias”.
De este modo, las tres salas expositivas del Damián Bayón se articulan mediante dibujos explícitos con referencias históricas y sociales reconocibles por todos, que forman parte del imaginario colectivo, y suscitan intranquilidad y algo de sospecha despertando en el espectador el reconocimiento de la exaltación y la dualidad euforia-tragedia que éstos encierran.
Para ello, la artista recurre a la provocación visual mediante dibujos que recrean hechos contrapuestos pero tratados de la misma forma desde el punto de vista visual. El tratamiento de la imagen es el leif motiv de el “Teorema de Thomas”, donde Mancilla quiere reflexionar –que no denunciar- la perversión que se suele hacer de su uso. El friso que corona la sala central nos plantea un juego visual en el que se mezclan imágenes de la celebración futbolística de la Copa con escenas del movimiento 15M y manifestaciones sociales en las calles. Ambas son simples exaltaciones de personas en movimiento, de masas, con un sentido totalmente opuesto pero con un tratamiento visual idéntico. Según la artista, “todo se mezcla y se trata con la misma intensidad fotográfica”.
La primera de las salas laterales invita a participar en una instalación denominada “Estudio para conversación política” en el que dos escenarios contrapuestos simulan un debate político en el que en este caso el lenguaje cacofónico es sustituido por altibajos musicales. La exposición muestra una vez más un mundo de confusión visual, en el que nada queda claro y cuyo fruto es la incertidumbre social.
La exposición también guarda lugar para momentos históricos como el 28 de Mayo o referencias a la obra de Orson Welles con “La Guerra de los Mundos”. Así, en la última sala lateral la artista desgranada una serie de dibujos de gran dimensión con una técnica resuelta para reflejar la situación de shock en la que se puede encontrar parte de la sociedad. Mediante datos e imágenes periodísticas y elementos simbólicos y metafóricos reconocibles por el espectador a simple vista, engancha con las dos salas anteriores aludiendo al elemento de la distracción utilizado en ocasiones como fórmula para presentar problemas que realmente no son tales y ofrecer soluciones que interesan en cada momento.