La Orden de San Juan de Dios, que llega a 53 países, afronta la crisis con creatividad

La Orden Hospitalaria San Juan de Dios, una institución sin ánimo de lucro con casi cinco siglos de historia que extiende su labor sociosanitaria a 53 países del mundo, afronta con “creatividad” la crisis, que le está obligando a gestionar sus proyectos con menos recursos como consecuencia de los recortes.

Así lo ha manifestado en una entrevista con Efe Jesús Etayo, superior general de la orden desde el pasado noviembre, cuando tomó posesión del cargo en sustitución del irlandés Donatus Forkan.

Aunque de momento la orden no se ha visto excesivamente afectada por la actual situación económica, si los recortes continúan “año tras año” pueden resentirse algunos de los programas que ofrece la institución, cuyos diferentes dispositivos atienden a 20 millones de personas al año.

“La orden está siendo o está intentando ser creativa desde hace tiempo, porque a lo largo de sus 500 años de historia -fue creada en 1572 en Granada- ha pasado por muchas etapas, y cada vez que hay un cambio social, el primer reto es adecuarnos a él”, ha explicado.

El superior general de esta orden, que ofrece una atención integral sanitaria y sociosanitaria a los colectivos más vulnerables como los discapacitados, dependientes, adictos o gente sin medios económicos, dice que la crisis les está obligando a intentar, en la medida de lo posible, gestionar los recursos de los que disponen de manera que la actividad de la institución continúe adelante.

En España, la Orden de San Juan de Dios gestiona 20 hospitales médico quirúrgicos que suman más de 7.300 camas y cerca de 2.000 trabajadores, y varios de ellos son referentes en la atención sanitaria del país como el hospital infanto-juvenil San Joan de Deu o el hospital de Córdoba, puntero en traumatología y urología.

Etayo cree que el sistema sanitario público español es “un buen sistema” y que, pese a la merma de prestaciones en la sanidad pública como consecuencia de la crisis, “hay posibilidades de mantenerlo”, al menos en algunos aspectos.

“La crisis también nos está dando una dosis de realismo de las cosas y es probable que a eso que pensábamos de que se puede dar todo y a todos en todo momento se le tenga que poner algún límite, pero en lo esencial es un valor público importante y creo que hay mecanismos y posibilidades para que se pueda mantener”, ha opinado.

Etayo ha estado de visita estos días en Granada, donde la orden cuenta con un comedor social y un centro de educación para personas con discapacidad, además del hospital medico quirúrgico San Rafael.

Esta orden no es ajena a la merma de vocaciones que en mayor o menor medida sufren las instituciones religiosas, pero cada vez son más los seglares y laicos que asumen responsabilidades dentro de la orden y contribuyen a la continuidad de sus programas asistenciales.

La orden trabaja además con colaboradores a los que forma en la asistencia sociosanitaria y en los valores de la institución, lo que contribuye a atender el aumento de la actividad y de los servicios que ofrecen pese al descenso del número de religiosos.

Afrontar la crisis y mantener viva la identidad de la orden figuran entre los retos del nuevo superior general de una orden que no se cierra a la posibilidad de extenderse a nuevos países (el último fue Croacia el año pasado).

(Agencia EFE)

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