El relevo de Lucas Alcaraz por Juan Antonio Albacete Anquela en el banquillo del Granada simboliza la pérdida de confianza del presidente del club, Quique Pina, en el técnico jiennense, que había sido una apuesta personal suya y que se comprometió con los andaluces por dos temporadas.
Anquela, que hasta ahora había gozado del total respaldo tanto del presidente como del grueso de la plantilla, ha sido destituido por la dolorosa derrota sufrida el pasado lunes ante el Sevilla (3-0) y porque los dirigentes no lo ven como el técnico adecuado para dirigir el nuevo Granada que están formando en el mercado invernal.
Anquela cambió su esquema ante el Sevilla y el resultado fue el peor partido de la temporada del equipo. No tener una idea clara de juego mediada la Liga y la incapacidad del jienense para sacar el mejor rendimiento de su equipo han provocado su despido, pese a dejar al equipo un par de puntos por encima de unos puestos de descenso que el Granada apenas ha pisado esta campaña.
Pese a que Anquela nunca ha gozado de la confianza de la afición, Pina había manifestado en más de una ocasión su apoyo total a un entrenador que fue una apuesta personal suya y al que ya intentó fichar a mitad de la pasada campaña tras destituir a Fabri González.
En contra de lo manifestado por el presidente, como suele ocurrir en el mundo del fútbol, ese respaldo se ha terminado en el momento en que el equipo está siendo reforzado de forma importante para lo que queda de Liga.
Debutante en Primera tras triunfar en el Alcorcón, Anquela había manifestado en más de una ocasión que no estaba disfrutando de la experiencia de entrenar con los mejores. El tiempo ha dictaminado que la máxima categoría se ha comido al campechano preparador jiennense, que no ha sabido llevar sus métodos a la Liga de las Estrellas.
El presidente da el nuevo Granada de Recio, Aranda, Nolito y, posiblemente Bounanotte y Seba Fernández, a Lucas Alcaraz, técnico de la tierra y socio del Granada, que firma hasta final de Liga con el objetivo de conseguir la permanencia.
La derrota ante el Sevilla provocó el rápido contacto con Alcaraz, que el martes ya puso fin a su aventura griega en el Aris de Salónica y selló con el equipo de sus amores un compromiso que se ha hecho oficial solo unos minutos después de conocerse hoy el despido de Anquela.
A sus 46 años, Alcaraz vivirá su segunda etapa en el Granada, al que ya dirigió entre 1995 y 1998 en Segunda B antes de triunfar, tanto en Primera como en Segunda División, en Almería, Recreativo de Huelva o Racing de Santander, entre otros equipos.
Hacerse fuerte en casa, mejorar en defensa, sobre todo a balón parado, ser más vistosos y rendir más en ataque y obtener mejor rendimiento de una plantilla hecha para no pasar apuros y muy mejorada ahora son los principales retos de Alcaraz, el nuevo poseedor de la confianza de Pina.