Condenan a cárcel a ocho procesados por secuestrar a una mujer y su hijastro para robarle

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a penas de entre 11 meses y 5 años de prisión a ocho procesados por arrojar por un barranco a una mujer a la que secuestraron junto a su hijastro para obtener las claves de sus cajas fuertes y robarle sus bienes.

El tribunal atribuye a los inculpados, de 20 a 38 años, distintos delitos, desde hurto de uso de vehículo a motor, hasta delitos de detención ilegal, robo con violencia e intimidación en concurso medial y lesiones agravadas, según consta en la sentencia, que se emitió tras un acuerdo de conformidad entre las acusaciones y la defensa. Todos deberán hacer frente además al pago de una indemnización a la mujer de 50.000 euros, de la que se le deducirán los 19.600 euros que ya le han entregado

Según se considera probado, los acusados, “puestos todos ellos de común acuerdo y movidos por un ánimo de ilícito beneficio”, urdieron un plan encaminado a abordar a una mujer, M.P.M., dedicada a la venta de vehículos de segunda mano, al haber tenido conocimiento de que era poseedora de gran cantidad de dinero y joyas en su domicilio de Alhendín.

Por ello, uno de los inculpados y su esposa se pusieron en contacto con otros tres de los acusados, dos hombres y una mujer, para proponerles apoderarse de los bienes de M.P.M., para lo que además se concertaron con los otros tres procesados restantes, conocidos del primero de ellos.

De este modo, el 12 de octubre de 2010, una de las imputadas llamó a la mujer por teléfono desde una cabina telefónica del barrio granadino del Zaidín para concertar con ella una cita en una estación de servicio de Churriana de la Vega, con el pretexto de adquirir un vehículo que éste tenía expuesto a la venta frente a esa gasolinera.

Otro de los inculpados, a las 9,00 horas de ese día, se apoderó de una motocicleta de la localidad de Huétor Vega, con la que se dirigió al lugar de la cita. Igualmente, otros tres, dos de ellos hermanos, con la finalidad de abordar a M.P.M. y asegurar el plan urdido, adquirieron una pistola.

Seguidamente, sobre las 21,30 horas del 12 de octubre, la mujer acudió a la cita acompañada de su hijastro, de 16 años. Una vez llegados al lugar, los acusados abordaron a M.P.M. y a su hijastro, y, exhibiéndoles la pistola, los introdujeron violentamente en uno de los vehículos con los que se habían desplazado. En dos coches, todos se trasladaron a un descampado en Las Gabias, donde conminaron a la mujer “de forma violenta” para que les entregara las llaves de su domicilio y para que les entregara las claves de las dos cajas fuertes que poseía.

Conseguidas éstas, dos de ellos se dirigieron hasta la vivienda, y sustrajeron dinero de las cajas, una cámara de fotos, dos teléfonos móviles y un ordenador portátil para a continuación regresar al descampado.

De nuevo, conminaron a las víctimas para obtener la clave de la segunda caja fuerte, y, una vez obtenida, la mujer aprovechó un descuido de los acusados para emprender la huida campo a través hasta que fue alcanzada por dos de sus secuestradores, quienes, con la finalidad causarle la muerte, la empujaron y tiraron por un barranco de unos 40 metros de profundidad.

Seguidamente, estos dos individuos descendieron hasta el fondo del barranco intentando subir a la mujer para colocarla en la carretera y que fuera atropellada por un coche, si bien, dada la pendiente del barranco, optaron por arrojarla de nuevo propinándole una patada.

Los procesados, que no abandonaron su plan, se dirigieron de nuevo al domicilio de su víctima, sin conseguir abrir la caja fuerte y dejando atado al hijastro, quien logró desprenderse de sus ataduras y avisar a la Guardia Civil, que encontró al día siguiente a la mujer, que sufrió un traumatismo cráneo-encefálico y padece, como secuelas, un trastorno depresivo reactivo, dolores en el costado, y prótesis en la cadera.

Posteriormente, todos los inculpados se reunieron en la casa de uno de ellos y, al conocer una de las mujeres lo que había ocurrido con la víctima y que ésta pudiera encontrarse en peligro llamaron al 112. En el curso de la investigación dos de los encausados reconocieron su implicación en los hechos y contribuyeron a la detención del resto.

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