El acusado de matar a un vecino dice que solo pensó asustarle y que no recuerda más

Un hombre para quien la Fiscalía pide 22 años de cárcel por asesinar de 16 puñaladas a un vecino suyo tras introducirse en su vivienda, ha declarado hoy en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Granada que no recuerda lo ocurrido y que solo planeó darle un susto.

El Ministerio Fiscal atribuye al acusado, José Antonio A.G., un delito de asesinato al considerar que hubo una intención clara de acabar con la vida de su vecino y causar dolor.

Los hechos enjuiciados desde hoy por un jurado popular tuvieron lugar en la tarde del 17 de febrero del año pasado, cuando el acusado aprovechó que su vecino dejó la puerta de su vivienda entreabierta para colarse dentro.

Entre la víctima, un hombre de 53 años, y el acusado existían enemistades previas, por lo que José Antonio decidió entrar en su vivienda, momento en el que cogió un machete del fallecido de 23 centímetros de hoja y lo esperó escondido.

El acusado ha declarado que temía a su víctima, del que, dice, recibió amenazas con escopetas y machetes, y ha recordado que cuando vio la puerta de la vivienda de su vecino abierta, decidió entrar.

“Me escondí para darle un susto, pero no sé más. Cogí el cuchillo, aunque no recuerdo dónde estaba”, ha detallado.

El acusado no ha reconocido el machete con el que asestó 16 puñaladas a su víctima, aunque ha mostrado su arrepentimiento.

Su defensa ha solicitado una eximente completa, ya que el acusado tiene diagnosticada una esquizofrenia, aunque los peritos no han relacionado la enfermedad con los hechos.

La hermana de la víctima, que encontró el cuerpo, ha negado, como dijo en su primera declaración, que existiera un enfrentamiento previo entre ambos, y ha apuntado que al entrar en la vivienda halló el cuerpo de su hermano tirado ante el dormitorio y sobre sangre.

La víctima recibió al menos dos puñaladas mortales de necesidad, una de ellas en la región vertebral y otra en la región escapular.

Los agentes de la Guardia Civil que se encargaron del caso han declarado que el acusado reconoció de manera espontánea su autoría de los hechos cuando le preguntaron, en el momento en el que el cadáver fue descubierto.

“Nos dijo que no siguiéramos buscando, que había sido él porque ya le tenía harto, y que habría dejado sus huellas en el cuchillo y las colillas de unos cigarros en la vivienda”, ha dicho uno de los agentes.

Otro de los agentes ha explicado que el cuerpo apareció sobre un charco de sangre, con heridas en la espalda y sin ningún signo ni de forcejeo en la vivienda ni heridas defensivas.

Dos hermanos del acusado han testificado que José Antonio sufría esquizofrenia y que a veces no tomaba adecuadamente su medicación, y han subrayado que tenía problemas con la víctima porque lo había amenazado.

El médico que lo trataba en la unidad de Salud Mental ha detallado que el acusado tenía diagnosticada esquizofrenia desde los 17 años y que había explicado que desarrolló la enfermedad porque un brujo le echó mal de ojo.

Este facultativo, que ha declarado como testigo y no como perito, ha explicado que un mes antes de los hechos tenía esquizofrenia residual, por lo que tendría sus capacidades cognitivas intactas, aunque no ha descartado que pudiera sufrir un brote o un delirio en el momento de los hechos.

El juicio continuará mañana con la declaración de diferentes peritos.

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