Condes de Gabia expone la obra del fotógrafo José Guerrero en ‘After the Rainbow’

EXPO AFTER THE RAINBOWLa sala Ático del Palacio de los Condes de Gabia acoge desde mañana hasta el próximo 30 de marzo la exposición ‘After the Rainbow’ del fotógrafo José Guerrero (Granada, 1979). Un recorrido por los paisajes que han ido conformando su obra en los últimos diez años queda así a la disposición del aficionado al arte que pase a ver esta muestra en el mismo recinto de la Diputación Provincial donde el artista granadino visitó en 1999 la exposición ‘Cantos del Desierto’ de Richard Misrach.

El entonces estudiante de Arquitectura Técnica que era José Guerrero quedó fascinado con la luz de las fotos y con la aproximación tan personal que proponía el autor a los paisajes representados. Hoy es él quien expone en Condes de Gabia una buena parte del trabajo que realizó durante la primavera de 2011 en Estados Unidos con la XIV Beca Manuel Rivera de la Diputación Provincial.

En la Universidad Estatal de Arizona en Tempe pudo trabajar con el maestro del paisajismo contemporáneo Mark Klett. Su estancia en América le permitió llevar a cabo ‘To Come Back’, la edición de gran parte de las fotos realizadas durante su estancia de estudios en Arizona y otras de un viaje posterior de 15.000 kilómetros a través de Estados Unidos, desde Los Ángeles a Nueva York.

En la presentación de la exposición a los medios de comunicación, hoy en Condes de Gabia, el diputado delegado de Cultura, José Antonio González Alcalá, ha señalado que “para la Diputación es un orgullo haber apostado por este joven artista granadino pues es el objetivo que tenemos con las becas que se conceden con el nombre de Manuel Rivera”.
“Ha podido trabajar con grandes maestros de la fotografía americana y enriquecerse que es lo que pretenden estas becas de formación que apuestan por los artistas jóvenes de Granada y que quieren a Granada”, ha aseverado el diputado de Cultura que se ha congratulado de que José Guerrero haya podido dedicarse “a lo que él siente, a lo que es su pasión” en “este mundo de aventura que es el arte”.

“La acción del tiempo y la acción de la naturaleza en los paisajes” está presente en esta exposición que, según González Alcalá, muestra “lo maravillosos a vez que abruptos que pueden ser los paisajes”. “No hemos perdido el tiempo, ha sido una apuesta segura por un valor granadino”, ha concluido González Alcalá invitando a granadinos y visitantes a conocer las dos épocas del trabajo de Guerrero que recogen la muestra.

El futuro de José Guerrero, que trabaja con la galería sevillana Alarcón Criado, apunta ya con fuerza en el panorama artístico nacional tras su presencia en la última edición de ARCO, la semana pasada en Madrid, y queda plasmado en esta exposición en su ciudad de nacimiento.

El artista granadino trabaja sobre la naturaleza icónica, incluso ya simbólica, de los paisajes que fotografía. Sobre ellos se cierne siempre la sombra de su significado para el imaginario de la cultura de masas. Es algo sobre lo que ya había trabajado Guerrero en proyectos anteriores. En este sentido, su aproximación al suroeste americano es similar al que realizó hace siete años en los desiertos de Almería, Granada y Murcia. Algo que, a lo largo del proceso de edición de ‘To Come Back’, le planteó relaciones entre ambas series a partir de un mismo horizonte.

En su estancia en Arizona, José Guerrero recorrió sus carreteras y exploró muchos de sus cañones, bosques y desiertos con una cámara y un trípode al hombro. A lo que le daba la percepción de los espacios, su exposición directa, era inevitable sumar su naturaleza icónica, e incluso su estatuto simbólico. El autor, consciente de esos ecos, los incorporó a su poética, enriqueciendo así el repertorio tonal de unas imágenes tan cargadas de afectos y en las que, sin embargo, no aparece una figura humana.

“Las series fotográficas y murales editados hasta el momento proponen una visión poliédrica y transversal del espacio que condiciona el modo en que ‘leer’ y ‘entender’ las fotografías; ya no de forma individual, sino como partes de un todo. Las distintas imágenes dentro de una serie se relacionan como los versos en una poesía, o las notas en una composición musical. En este sentido, la luz, el color y una determinada atmósfera son elementos fundamentales en mi trabajo; así como la línea del horizonte, que se comporta en este proyecto como un hilo conductor cargado de simbolismos”, señala Guerrero.

Su aproximación al paisaje del suroeste norteamericano parte de una “fascinación personal por la inmensidad del territorio, la luz y el color del desierto, y los trabajos realizados en él por muchos de mis referentes profesionales: Lewis Baltz, Robert Adams, Mark Klett y Richard Misrach, entre otros. Mi reto sin embargo es tratar de integrar activamente estos referentes a mi propio discurso partiendo de mis propios postulados”, indica el fotógrafo granadino.

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