La Fiscalía ha solicitado una pena de 12 años de prisión para una mujer de 48 acusada de apuñalar mortalmente con un cuchillo jamonero a un hombre y de agredir a su esposa, matrimonio que la había acogido en su vivienda cuando ella vivía en la calle. Por estos hechos será juzgada por un jurado popular en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada del 4 al 8 de marzo próximo, por un delito de homicidio y una falta de lesiones.
Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan al 23 de febrero de 2012, cuando, sobre las 00,05 horas, la procesada, María A.I.R., se dirigió al domicilio en el que vivía el matrimonio, al que conocía por haber vivido con ellos en los últimos tres años, ubicado en la Avenida de Andalucía, en Granada.
La mujer, que había sido recogida por esta pareja de la calle, ya que no tenía morada para vivir, se dirigió a la vivienda con la intención de pedirles dinero, “como ya había hecho en otras ocasiones”.
Una vez en el portal, llamó al telefonillo y le fue franqueada la entrada por la mujer. Ya en el interior del piso, se dirigió al saloncito que hay junto a la entrada y exigió al marido, que se encontraba sentando en un pequeño sillón, que le diera dinero. El hombre se negó y entonces la inculpada le amenazó con unas tijeras que cogió de una mesita.
Como quiera que el hombre seguía negándose, la acusada se dirigió a la cocina y cogió un cuchillo jamonero de 22 centímetros de hoja, y regresó con él en la mano, y, “con la clara intención de acabar” con su vida, le asestó un total de siete puñaladas en cabeza y tórax que provocaron su muerte inmediata.
En ese momento entró en la habitación su esposa, quien, ante la escena que presenciaba, comenzó a dar gritos pidiendo auxilio, de modo que la inculpada, “para acallarla y con ánimo de producir un daño en su salud”, cogió un callao del paragüero que había junto a la entrada y le propinó varios golpes en la cabeza que le produjeron traumatismo craneal y algunas heridas.
Cuando María A.I.R. intentaba abandonar el domicilio, fue detenida por fuerzas de la Policía Nacional que se habían desplazado allí al ser alertadas por vecinos que oyeron los gritos y que en ese momento se encontraban junto a la puerta de entrada a la vivienda.