La andaluza Carolina Ruiz ganó hoy, sábado, el descenso puntuable para la Copa del Mundo de esquí alpino disputado en Meribel (Francia), marcando un hito histórico, al convertirse en la primera española en lograr una gran victoria en la disciplina reina del deporte rey invernal.
La española cubrió la pista de Meribel -sede de los Juegos Olímpicos de Albertville’92, de 2.660 metros de longitud, con salida a 2.150 y un desnivel de 718, en un tiempo ganador de un minuto, 42 segundos y 56 centésimas, veinte menos que la alemana Maria Höfl-Riesch, que fue segunda, en una prueba en la que la francesa Marie Marchand-Arvier, tercera, las acompañó en el podio.
Carolina, nacida hace 31 años en Osorno (Chile) y afincada desde pequeña en Granada, al fin canjeó el premio a su enorme tenacidad. Infatigable, renunciando al desaliento, la esquiadora se quitó de encima el sambenito de ‘eterna promesa’ del esquí español en la estación olímpica francesa que, 19 años después, volvía a organizar pruebas de la Copa del Mundo.
Unió su nombre al de los hermanos Fernández Ochoa, Paco y Blanca; y al de María José Rienda. Los únicos que hasta ahora habían ganado para España. Y lo hizo a lo grande. En un descenso. El primero de toda la historia del esquí alpino en el que suena la Marcha Real.
‘Caro’ despuntó pronto, pero no en las disciplinas de velocidad que ahora domina. En 2000 logró su primer gran podio con 18 años, al acabar segunda en un gigante de la Copa del Mundo de Sestriere (Italia) que ganó la suiza Sonja Nef. Después de lograr la medalla de plata en el Mundial júnior de Stoneham (Canadá) y una año antes de capturar bronce en los mundiales júnior de 2001 en Verbier (Suiza).
Muchos creyeron que esos éxitos le llegaron demasiado pronto, porque antes de alcanzar la cima, la andaluza tuvo que superar su largo y particular ‘vía crucis’. Se recicló en velocista, de la mano del italiano Valerio Ghirardi -el que fuera entrenador de su compatriota, la mítica Isolde Kostner-, pero el podio seguía sin llegar.
Después de numerosos cambios, esta campaña, aún bajo los auspicios del escocés Mark Tilston, con el que lleva tres temporadas, Carolina se integró en el equipo francés, con el que se entrena desde esta pretemporada. Una decisión más que acertada.
Tanto como que hoy, en Meribel -la estación de Blanca, donde la de Cercedilla (Madrid) ganó su bronce olímpico en 1992- se subió a lo más alto del podio, batiendo a una de sus nuevas ‘compañeras’, la veterana Marie Marchand-Arvier, en una prueba en la que la eslovena Tina Maze, la gran triunfadora de esta temporada -líder destacada de la Copa del Mundo-, acabó cuarta, a 28 centésimas; y la ‘tapada’, la austriaca Regina Sterz, fue quinta, a 35.
Carolina dejó entrever desde el principio de la temporada que ésta podía ser, al fin, la suya. Volvió a esquiar bien hasta en el gigante, disciplina en la que regresó a los puntos.
Y antes de los Mundiales de Schladming (Austria) sorprendió apuntándose a la lista de favoritas, con un cuarto puesto en el supergigante de Cortina d’Ampezzo (Italia), donde un día antes había sido décima en el descenso.
En los Mundiales que se cerraron el pasado domingo, no pasó del quince, en el descenso. Después de haber sido vigésima en el ‘súper’. Pero haberse criado a los pies del pico Veleta imprime carácter y hoy Carolina unió su nombre al de su paisana María José Rienda, que también creció esquiando en Sierra Nevada y acabó convirtiéndose en la española con más victorias en Copa del Mundo (seis).
Ese puesto de privilegio, el de colocar a España en lo más alto de un gran podio, sólo lo disfrutaban con anterioridad el gran Paco Fernández Ochoa, fallecido en noviembre de 2006, y su hermana Blanca.
El inmortal ‘Paquito’, único campeón olímpico invernal español -de eslalon, en los Juegos de Sapporo’72 (Japón)- y que ganó un bronce en los Mundiales de St. Moritz’74 (Suiza), obtuvo el primer triunfo para España en Copa del Mundo, al ganar, el 6 de marzo de 1974, en Zakopane (Polonia).
Desde esa victoria, hasta la última de Rienda -el 5 de marzo de 2006, en Hafjell (Noruega)-, España contaba once triunfos. Hoy Carolina elevó a la docena el número de éxitos en pruebas de la Copa del Mundo de esquí alpino de la federación que preside Eduardo Roldán.
Blanca, bronce olímpico en Albertville’92, ganó el gigante de Vail (EEUU) en 1985; y añadió otras tres victorias en Copa del Mundo, todas en eslalon: las de Sestriere’87, Morzine’90 (Francia) y Lech’91 (Austria).
Rienda obtuvo todos sus triunfos en gigante. El primero de ellos, el 20 de febrero de 2005, en Are (Suecia). Y antes del citado de Hafjell, ‘Meri’ subió a lo más alto del podio en Lenzerheide’05 (Suiza), Aspen’05 (Colorado, Estados Unidos) y, al ganar en dos jornadas consecutivas, en Ofterschwang (Alemania).
Hoy Carolina se convirtió en grande de España. Un país que sólo había logrado victorias en pruebas técnicas, ya presume también de tener una vencedora en una prueba reina del deporte rey invernal.
La granadina había indicado hace menos de un mes, en una entrevista con la Agencia Efe, que no se sentía molesta al ser señalada como ‘la eterna promesa’ del esquí español. Los que así se referían a ella no sabían mucho de este deporte, afirmaba.
Hoy los mandó callar para siempre. Carolina es una gran realidad. ‘Caro’ es una máquina.
Adrian R. Huber (Agencia EFE)