La revista “Realidad”, fundada en 1947 por el escritor Francisco Ayala, fue una de las mejores publicaciones del exilio republicano, pero no quedó “atrapada entre sus redes” sino que se lanzó a “pensar el mundo”, en plena crisis tras la II Guerra Mundial, y a buscar una respuesta a sus problemas.
Así lo ha expresado hoy el filósofo y escritor Francisco José Martín en la segunda y última jornada del simposio internacional que ha debatido en Granada sobre la trascendencia intelectual de “Realidad”, impulsada por dos españoles exiliados, Ayala y el pedagogo Lorenzo Luzuriaga, y dirigida por el filósofo argentino Francisco Romero.
Si la revista fue un verdadero “taller de ideas”, el simposio también lo ha sido. Expertos españoles y argentinos han analizado diferentes aspectos de esta publicación bimestral que duró hasta 1949 y en la que colaboraron Jorge Luis Borges, Cortázar, T.S. Eliot, Sartre, Martin Heidegger, Bertrand Rusell, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o José María Ferrater Mora, entre otros muchos.
En 1939, Francisco Ayala (Granada, 1906- Madrid, 2009) comenzó su largo exilio en Buenos Aires y desde el principio quiso incorporarse a “la nueva realidad vital y cultural que se le ofrecía”. Como él mismo cuenta en “Recuerdos y olvidos”, no se hacía “ilusiones ninguna acerca del futuro” y sabía que había “salido de España para muchísimo tiempo”.
Rehizo su vida y en los diez años que estuvo en Argentina -como luego haría en Puerto Rico y Nueva York- desarrolló una amplia actividad intelectual, y “Realidad” fue uno de sus proyectos más importantes. Su subtítulo, “Revista de ideas”, demuestra “el marcado carácter intelectual” de la misma, como puso de manifiesto hoy Francisco José Martín.
La filosofía fue uno de “los pilares” que sustentó esta revista, la cual “perseguía el esclarecimiento de la realidad contemporánea” y, aunque Ayala fue sobre todo narrador, ensayista, articulista y sociólogo, Martín reivindicó hoy la faceta de filósofo del autor de “El jardín de las delicias”, porque “muchos de sus escritos deben ser inscritos dentro del desarrollo filosófico del siglo XX”.
“La suya es una filosofía práctica, política, pero una filosofía política que no piensa desde principios generales y abstractos, sino desde la experiencia”, señaló Martín, que colocó a Ayala en la misma línea de Norberto Bobbio.
“Realidad” tuvo un carácter “marcadamente ensayístico y crítico” y no se publicaban textos de creación o ficción puros, pero la argentina Laura Scarano, catedrática de Literatura Española Contemporánea en la Universidad Nacional de Mar del Plata, sí cree que hubo lugar para la poesía en sus páginas y centró su intervención en las “razones poéticas” de la revista.
A esa “razón poética” contribuyeron, sin duda, las colaboraciones de escritores como T.S. Eliot, Pedro Salinas, Guillermo de Torre o Juan Ramón Jiménez.
En ese “compromiso con la palabra y con la sociedad” que fue “Realidad”, se consideró la poesía “como experiencia máxima de la forma, como dignificación del idioma, como política ética y estética, como desafío intelectual y compromiso con la historia”, subrayó Laura Scarano en el simposio organizado por la Fundación Francisco Ayala, en colaboración con la Universidad de Granada.
Como puso de manifiesto Raquel Macciuci, catedrática también de la Universidad Nacional de La Plata, esta revista, “supo reencauzar el desaliento del exilio hacia la búsqueda de canales de diálogo con los escritores que permanecían en España y trataban de reconstruir la cultura interior a pesar del franquismo”.
Macciuci se refirió también a cómo el ascenso del peronismo en la década de los cuarenta cambió por completo la vida argentina. El rechazo al partido en el poder fue “un telón de fondo” en la singladura de “Realidad”, que dejó de publicarse en 1949, entre otras razones porque Ayala estaba “cansado de que el contexto político atentara contra la independencia de criterios”.
ANA MENDOZA / AGENCIA EFE