Han pasado 90 años y su recuerdo sigue presente en la Alhambra. El arquitecto Leopoldo Torres Balbás (1888-1960), el hombre que hizo de la restauración científica un referente nacional e internacional, ‘vuelve’ a la Colina Roja en 2013. Leopoldo Torres Balbás y la restauración científica es el título de la exposición, que esta mañana han inaugurado, en la Capilla y Cripta del Palacio de Carlos V, el consejero de Cultura y Deporte de la Junta, Luciano Alonso, y la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca.
La muestra, que se clausurará el próximo 9 de junio, y que tras su paso por la Alhambra llegará en septiembre a la Residencia de Estudiantes de Madrid, marca el inicio de un año lleno de actividades, entre las que se encuentran publicaciones, seminarios, cursos y conferencias, que girarán en torno a la figura y obra del que durante más de una década (1923-1936) fuera conservador del Monumento nazarí. Un hombre que, según el consejero de Cultura y Deporte, “representaba el espíritu de una nueva generación, un hombre de ciencia que, por su continuada labor de investigación, alcanzó el máximo respeto en el ámbito de la restauración y conservación”.
Para María del Mar Villafranca, “la Alhambra tenía una deuda pendiente con Torres Balbás”, una de las personalidades más importantes de la cultura artística de su tiempo: “Hizo mucho por este lugar, dio todo, y ahora nos reencontramos con él más allá del tiempo. Esta exposición nos acercará a su obra, a los trabajos más importantes que desarrolló a lo largo de su vida profesional, pero, sobre todo, conoceremos mejor a este hombre combativo y modesto, que presumía de defender la verdad por encima de todo”.
Comisariada por un comité de expertos –entre los que se encuentran José Javier Rivera Blanco, vicerrector de la Universidad de Alcalá de Henares; el director del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), Alfonso Muñoz Cosme; el director del Museo Arqueológico Regional, Enrique Baquedano Pérez; la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, y el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y arquitecto Julián Esteban Chapapría-, la muestra está compuesta por más de 250 piezas, la mayoría pertenecientes a su archivo personal y profesional, así como de su propia biblioteca, que adquirió recientemente el Patronato de la Alhambra y Generalife para incrementarlos a los fondos del Archivo del Conjunto Monumental.
Planos originales de sus principales obras; fotografías inéditas, con 23 positivados de sus negativos en vidrio originales; 24 piezas arqueológicas procedentes de compras y excavaciones realizadas durante su gestión; cuadros y dibujos, incluyendo un retrato inédito de sus últimos años; 4 diarios personales y dos de obras y planos de sus principales actuaciones, así como tres maquetas y varios audiovisuales producidos especialmente para esta ocasión, serán algunas de las piezas más destacadas de la exposición, cuyos contenidos estarán expuestos en español e inglés, junto al libro de croquis de Leopoldo Torres Balbás.
Leopoldo Torres Balbás y la restauración científica está dividida en cuatro secciones. La primera, Leopoldo Torres Balbás en el recuerdo, dedicada a la parte más biográfica y personal; La Alhambra de Torres Balbás, un periodo decisivo para la historia del conjunto, en el que se exponen los principales trabajos de conservación realizados en el Monumento entre 1923 y 1936; Construyendo y restaurando. Otras obras, en la que se aborda el trabajo que realizó como inspector de la Sexta Zona de Monumentos, que comprendía desde Málaga a Alicante, así como su participación en las exposiciones universales de Sevilla y Barcelona de 1929, y su colaboración con una de las actividades arquitectónicas más trascendentales de los años 20: la promoción constructiva de grupos escolares por parte de la Institución Libre de Enseñanza, donde él se formó.
Por último, en la sección La guerra y el exilio se retrata el desarraigo sufrido por Torres Balbás tras la Guerra Civil y su aislamiento del mundo de la restauración de monumentos por su vinculación a la Institución Libre de Enseñanza. A partir de ese momento, reorienta su dedicación al mundo de la investigación y la docencia para convertirse en un referente de la cultura española en una de las décadas de grave crisis intelectual.
Con el objetivo de ampliar conocimientos a cerca de la figura de Torres Balbás, la exposición contará con una sección de consulta, que permitirá comprender y contextualizar los trabajos del arquitecto y sus principales aportaciones al mundo de la cultura, además de tener acceso a la versión digital de algunos de los documentos de la exposición y otros materiales complementarios, como su libro de ‘croquis’ y diarios, planos, recortes de prensa etc.
A Leopoldo Torres Balbás le debemos en gran medida la Alhambra que hoy conocemos. Restauró el Mexuar, el Patio de los Leones y el de la Alberca, y reestructuró el Partal. Algunas de sus intervenciones en la Alhambra, como la del Patio de los Leones, donde desmontó unos templetes, fueron criticadas en la ciudad por algunos sectores que se opusieron a su labor. En este caso, su amigo Manuel de Falla tuvo que mediar ante las críticas.
Nadie como el arquitecto supo articular sobre la Alhambra un discurso científico, integral e integrador, probablemente porque fue uno de los más genuinos representantes de lo que ya se considera nueva edad de oro de la cultura española, una generación surgida de las cenizas del 98, que tuvo en la Institución Libre de Enseñanza su mayor exponente.
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