El Comité de Apelación de la Federación Española de Fútbol (RFEF) acordó hoy estimar el recurso del Granada contra el partido de sanción impuesto a su jugador Mikel Rico, tras ver la quinta tarjeta amarilla en el último partido contra el Levante jugado el pasado día 17.
El jugador fue amonestado en el minuto 36 del encuentro por “jugar el balón con el brazo, cortando la posibilidad de ser jugado por un adversario”, según el acta arbitral, y el Comité de Competición le castigó con un partido por tratarse de la quinta amarilla.
El Comité de Apelación ha estimado íntegramente los argumentos del club al entender, tras revisar el vídeo, que “existe un error material manifiesto” en el acta y que existe “una divergencia entre el hecho consignado y lo realmente sucedido”, ya que “se comprueba con total claridad y nitidez que el jugador objeto de sanción no juega el balón con el brazo, ni corta la trayectoria” del mismo.
La RFEF comunicó también la decisión del Comité de Apelación de desestimar el recurso del Huesca contra los cuatro partidos de sanción impuestos a Miguel Alberto García, “Migue García”, expulsado en el partido contra el Villarreal, el pasado día 16, por decir a un árbitro asistente “¡qué hijo puta es!”, según el acta arbitral.
Apelación considera que “queda perfectamente acreditado” que el jugador profirió una expresión “cuyo carácter es claramente ofensivo e insultante” y desestima “el hecho de pretender considerar que la expresión proferida ha pasado a formar parte del lenguaje coloquial, sin ánimo de establecer ofensa alguna”.