El paro ha bajado un 2 por ciento en el mes de abril y buena parte de culpa la tiene la cosecha del espárrago, que ha llegado este año un poco más tarde debido a las lluvias. La vida es frenética desde primera hora de la mañana para los agricultores. Después de la recogida, toda la cosecha se lleva a las naves de almacenamiento que a su vez la entregarán después a las grandes cooperativas. Paco, es el responsable de un almacén a la entrada de Fuentevaqueros.
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Los habitantes de poblaciones como Fuentevaqueros, Valderrubio o Láchar esperan este momento del año para dar un empujón a su maltrecha, como Patricia, que trabaja durante la temporada del espárrago y el ajo.
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Los agricultores coinciden en que el campo es caro y está mal pagado. El kilo estaba esta mañana a 90 céntimos, una cuarta parte del precio final en el supermercado. La hora de recogida se paga a siete euros y medio, demasiado poco para un empleo tan sacrificado.
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Es duro, sí, pero ahora es lo que hay. El campo les ayuda a salir adelante. Francisco Javier es camionero cuando puede. También se encarga de una pequeña cosecha familiar.
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